Alison Pulido llegó en octubre pasado a Paraná, acompañada de su novio que vino a estudiar profesorado de música. La joven de 23 años se recibió hace un año de diseñadora gráfica y en la capital entrerriana fue contratada como empleada en una dietética. Dijo que la vida en su país era complicada ya que el salario básico de un trabajador era de tres dólares, había inconvenientes en el funcionamiento del transporte público y hay mucha inseguridad. Su madre, hermana, abuela, primos y tíos continúan en Venezuela, por lo que Alison sueña con volver algún día. Sobre la crisis que vive su país, afirmó: “Es muy delicado lo que está pasando porque no sólo se está jugando una presidencia sino la vida de los venezolanos”, lamentó.