Martín Baña es doctor en historia de la Universidad de Buenos Aires, profesor adjunto de la cátedra de historia de Rusia -país en el que vivió-, investigador del Conicet y docente en la Licenciatura en Historia de la Universidad Nacional de San Martín. En primer lugar, sostuvo que el hecho de que Argentina comience a producir la vacuna Sputnik V es "convertirse en una especie de polo productor de vacunas para América Latina y el Caribe". Destacó la importancia de esto, dado que la región está "bastante relegada considerando que hay otros países que cuentan con dosis superiores a su cantidad de habitantes".

Por otro lado, como conocedor de la cultura y la historia de Rusia, dio su punto de vista sobre los motivos que llevaron a que se genere  una desconfianza sobre la vacuna en un primer momento, aunque luego se confirmó que es la más efectiva de todas las que circulan: "Surgió desde todos lados, incluso en medios de comunicación y dirigentes políticos una desconfianza a la vacuna solamente por el hecho de ser rusa. No sorprende porque se inserta en una larga tradición de desconfianza respecto de Rusia de parte de lo que podríamos llamar el mundo occidental, Europa y el mundo atlántico". Subrayó que esta idea viene desde el siglo XIX y se reforzó en el XX a partir de la construcción del comunismo a través de la Unión Soviética: "Se puede observar desde trabajos académicos pero también en producciones de la cultura popular, con películas como las de James Bond o Rocky Balboa donde el ruso aparece encarnando toda la maldad y las peores características de la humanidad". "La desconfianza que hubo respecto de la vacuna se debió a esa marca de origen que hace que todo lo que venga desde Rusia sea mirado con desconfianza o temor", explicó Baña.