investigación sobre presunto asesinato formosa

Sebastián Moro y su compromiso de dar testimonio en tiempos difíciles

El caso que investiga el presunto asesinato del periodista argentino en La Paz, durante el golpe de estado al gobierno constitucional de Evo Morales, cobra particular relevancia en el contexto de las denuncias por el envío de armas que el gobierno de Mauricio Macri efectuó para reprimir al pueblo boliviano. Entrevistada por Radio Nacional Formosa, su hermana, Penélope Moro, rememoró la deplorable actuación del entonces embajador argentino en Bolivia del macrismo,  Normando “Chiqui” Álvarez García; como Sebastián emigró a Bolivia, su trabajo periodístico anticipando la asonada derechista y la vocación de cubrir los hechos de violaciones a los derechos humanos, aun cuando sabía que era vigilado.

 

“Hace tres o cuatro días, corroborar lo que nosotras veníamos sospechando, porque desde el primer momento que llegamos a Argentina pedimos que se investigue la participación argentina en ese golpe; y confirmar que Normando “Chiqui” Álvarez, quien estuvo en la clínica con nosotras en un par de ocasiones, que se acercó a darnos el pésame, que nos negó la posibilidad que un avión sanitario aterrizará en territorio boliviano por el conflicto social y político, para trasladar a Sebastián, mientras estaba en estado de coma o el cuerpo, una vez que fallece Sebastián, estaba recibiendo el avión Hércules, entonces fue impactante corroborar nuestras sospechas de que había una participación activa más que un hecho de desinterés, nosotras hablamos de abandono de persona, de hechos mucho más graves”, argumentó.

Por esos días, Normando Álvarez García declaraba en la prensa nacional que todos los periodistas argentinos “estaban a salvo”, omitiendo que Sebastián Moro se moría en una clínica de La Paz. 

Penélope, con su hermana Melody y su madre Raquel Rochietti, les tocó movilizarse solas, en medio de los piquetes y los hechos de violencia desatada en las calles para dirigirse a El Alto, buscando insumos médicos, el cónsul les decía que no tenía dinero para cambiarles, aduciendo que “no tenía plata ni para él”, lleva las recetas que se necesitaban de urgencia y aparecía después de días explicando que tuvo que realizar otras gestiones.

 

El peregrinar del compromiso y la coherencia 

La periodista de LRA 6 Radio Nacional Mendoza, relató cómo su hermano Sebastián fue a trabajar a Bolivia: “Sebastián trabajó hasta el 2018, casi 10 años en la radio porque se dedicaba a hacer las coberturas de los juicios de lesa humanidad, tareas en general, pero esa era su especialidad, y bueno, llegado el macrismo fue inhibido de seguir esa cobertura, como nos pasó a varios compañeros, que sufrimos cambios de tareas y censura. Ante eso, Sebastián decidió renunciar a la radio, estaba muy involucrado en la defensa de los derechos humanos desde el periodismo”.

Fue así como migró a Bolivia y comenzó a trabajar en el periódico “Prensa Rural” y “Radio Comunidad”, medios de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia. 

Para las elecciones de octubre de 2019, fue convocado por el diario Página 12, como corresponsal de todo el tumultuoso escenario político boliviano, generando un documento periodístico e histórico en 11 artículos, describiendo la antesala del golpe de estado. 

Ya el 9 de noviembre de 2019, comienza la cacería de periodistas populares, su editor jefe, José Aramayo fue secuestrado y atado a un árbol donde casi fue linchado por la turba derechista. 

Esa noche envió su última nota a Página 12 que se titula “Un golpe de estado está en marcha en Bolivia”, en un clima de violencia hacia medios de comunicación de línea editorial popular, ante el pedido desesperado de sus hermanas y su mamá que regresara a la Argentina, a lo que Sebastián les dijo que se iba a quedar a cubrir lo que estaba pasando.

“Nos pidió templanza y se despidió de nosotras. Las novedades que tuvimos al día siguiente, mientras renunciaba Evo Morales, era que Sebastián estaba inconsciente en su departamento, que tenía marcas de golpes en el cuerpo, que estaba internado en una clínica (…) sabía que estaba en una doble línea de fuego sin embargo siguió adelante con su compromiso y en eso se le fue la vida, por un lado, nos deja tranquilas en el sentido de que cumplió con su ética, con sus convicciones, impecable, lucido hasta último momento (…) Sebastián sabía que iban por él, eso lo hablamos mucho con mamá (…) nos recuerda a Rodolfo Walsh y esto hablara a la posteridad y es un mensaje para los periodistas que nos comprometemos con la verdad y hacer valer nuestros derechos de todo tipo, de que el estado nos proteja en todos los sentidos”, concluyó.