Mario Cugura, hijo de José y Elisa Cayul Chubut

"Rememoramos un tiempo que nunca se fue y que sigue latente en los hijos"

En el marco de la conmemoración del 24 de marzo, frente al edificio de Radio Nacional se realizó un act0 donde se instaló un cantero construido por los vecinos de Esquel Fabio Berón y Eduardo Núñez, que fue intervenido artísticamente junto a un mural por los artistas locales Memo Chort y Marta Sottile. Durante el encuentro se plantaron también 31 plantines en homenaje a los desaparecidos de y en Chubut y se dirigió a los presentes Mario Cugura, hijo de dos militantes desaparecidos Elisa Cayul de Trevelin y José Cugura de Esquel, quien reside en Rawson y decidió compartir la jornada con la comunidad de Esquel. Cugura recordó a su familia y aseguró que "estamos rememorando un tiempo que nunca se fue y sigue vivo en muchos de los hijos".

 

 

Elisa Cayul, la madre de Mario Cugura, era oriunda del paraje Los Cipreses en Trevelin y fue desaparecida en 1977 en Avellaneda cuando estaba embarazada. El papá de Mario, José Cugura, era un esquelense desaparecido dos meses antes que Elisa. Según testimonios de sobrevivientes, Elisa fue retirada del Centro Clandestino de Detención “La Cacha”, con trabajo de parto entre el 18 y el 19 de junio de 1978, y habría dado a luz a un niño varón que las Abuelas de Plaza de Mayo continúan buscando. Mario también espera encontrar a su hermano y poder dar con los restos de sus padres.

Otro esquelense, tío de Mario y hermano de José, Juan Cugura, también fue asesinado por la dictadura. Su cuerpo fue encontrado en La Plata en 2012. La compañera  de su tío, Olga Noemí Casado, fue secuestrada a fines de 1977 con un embarazo de siete meses. La identidad de su hija nacida en cautiverio logró ser restituida en el año 2008, a partir del trabajo incansable de Abuelas y los familiares. Meses despues de identificar los restos de su compañero Juan, el Equipo Argentino de Antropología Forense identificó sus restos con al menos seis impactos de bala.

La historia de Mario Cugura y sus hermanos, como la de miles de hijas e hijos de detenidos secuestrados y asesinados volvió a encontrar eco en este Día de la Memoria en la Argentina, a 45 años de la dictadura genocida, para volver a decir Nunca Más.