San Martín de los Andes lleva días sin que se recolecten sus residuos orgánicos domiciliarios. Más allá de las razones que llevaron a que esto sucediera una vez más, es un buen momento para preguntarnos que podemos hacer para reducir la cantidad de residuos que generamos en nuestros hogares.

El abono compuesto es el resultado del procesamiento de los restos de la cocina, frutas, verduras, cáscaras de huevo junto a restos secos como son las hojas de los árboles, restos de poda del césped, tierra, estiércol de caballo, vaca o gallina.

Apilar en una zona protegida del sol fuerte, de lluvias excesivas y en capas los restos húmedos y los secos con la cantidad de agua correcta permita que se produzca la descomposición aeróbica que convertirá todos esos restos en tierra fértil. El proceso correcto no produce olores ni atrae roedores.

El abono es el mejor alimento para nuestras plantas y nuestra huerta, en caso de que tengamos una. No es necesario tener grandes espacios abiertos para producir abono compuesto. Si vivimos en un departamento hay contenedores y recipientes que se pueden fabricar o comprar que permitirán que podamos procesar los restos orgánicos de nuestra casa y reduzcamos la generación de basura.

Sumado a la separación de los desechos que pueden ser reciclados, la generación de abono compuesto no solo nos beneficia a quien lo produce sino también a toda la comunidad ya que redundará en menos espacio para el vertido de los residuos y menos basura en la calle.

Es hora de hacernos cargo. Desde huerta en casa te invitamos a que separes los restos orgánicos y compostes. La solución al problema de la basura está en las manos de cada uno de nosotros.