EN MEMORIA LV8 NACIONAL LIBERTADOR MENDOZA

Palabras para Fátima

Se llamaba Fátima
Y nunca supe su apellido
Aunque era de vanguardia
Parecía conservadora
Hablaba como se habla en los barrios
Se reía con la boca llena
Y dicen sus viejos amantes
Que daba besos apasionados
Como el carbón recién encendido en las noches de invierno

Se llamaba Fátima
Y yo pensaba que era un nombre que ella había elegido
De entre un montón de nombres artísticos posibles

Tenía muchos hijos e hijas
Tenia nietos y bisnietos
Bancaba toda la parada
Le gustaban las milanesas con papas fritas y el vino blanco dulzón y jacarandoso.

Cuando empezó a hablar en público
En los primeros actos como secretaria de su sindicato
Si se equivocaba… empezaba todo desde el principio

Si la interrumpían, empezaba todo desde el principio
Así, las académicas de traje sastre y tacos stiletos
Aprendieron a callarse cuando Fátima tenía el uso de la palabra.

Lo mismo la subestimaban y ella
Se moría de risa por detrás, porque se daba cuenta.
Pidió ayuda para aprender a hablar mejor en público y enfrentar sus miedos frente a los auditorios.
Usó su inteligencia a toda prueba y no se acobardó nunca.

Tenía una picardia única.
Conocía la más noble forma del amor, la lealtad a toda prueba
Y la pureza de pensamiento.

Admiraba a sus compañeras y era capaz de enfrentar al más duro y cruel policía si tocaban a una.

Quería su tarea.
Asumía sus compromisos con entusiasmo apasionado

Una vez se le incendió su casa, en un barrio del oeste cerca de las primeras montañas
Allí perdió un hijo
Y ella fue agradecida de la solidaridaridad con que reconstruyó su pequeño hogar

Amó a sus parejas con un sentido novelesco del amor
Sinceramente, amablemente, sexualmente, honestamente
Fue referente de muchas, fue blanco fácil de quienes te quieren dar clase de cómo vivir y cómo pensar, y como rectificar la vida que elegís a riesgo de equivocarte.
Aprendía rápido. Observaba todo lo que pasaba.

Se pintaba los labios color carmesí,

Puteaba entre dientes para que no la escucharan, pero se escuchaba
Sostenía alto la bandera de las mujeres sindicalizadas en las marchas

Usaba el pañuelo que corresponde

Repartía forros y bolsas con alimentos para las épocas duras y por las noches tristes sin remedio
Lo hacía con entusiasmo y con palabras para acompañar
Fue auténtica
Fue audaz
Fue cariñosa
Fue leal
Quería a su esquina
Por la oscura calle Godoy Cruz esquina bulevar Mitre
Murió con la dignidad
Y la satisfacción de haberse ganado el día
Cada día
Todo el día
Incluso por las noches.

Se llamaba Fátima
Nunca aprendí su apellido
Sus compañeras perdieron a una de las mejores
Ya nada será lo mismo

Y nosotros quisimos tanto a Fátima que ella estaría contenta.