Por Daniel Corujo

En el Mundial de las sorpresas este domingo no fue la excepción. Otro favorito, España, se fue del campeonato. Un equipo campeón del 2010 que no supo encontrarle la vuelta al local, Rusia, que apostó a los penales y acertó el pleno.
El arquero ruso Akinfeev ya había sido la figura en los 120 minutos y también en los penales conteniendo los disparos de Koke y Aspa en la definición.

La primera sorpresa del partido se dio antes de empezar el juego. La dio Fernando Hierro al dejar en el banco de los suplentes a Andrés Iniesta. Rusia, con cualquier protagonista, sabia que iba a hacer dentro de la cancha. Y logró el objetivo de forzar los penales.

Iban apenas 12 minutos cuando aún muchos se preguntaban porque Iniesta no estaba en el campo de juego, España se adelantó en el marcador. Falta peligrosa que pica Asensio, llega al remate Ramos y la acaba metiendo el defensa el ruso, Ignashevich, tras un forcejeo con el capitán de España.

La selección española ha visto como los rusos marcaron el empate a los 42, antes del descanso, tras un penal extraño, el jugador de la "Roja" estaba de espalda) cometido por Gerard Piqué. Más allá que, en el balance del primer tiempo, España ha tenido el control del balón frente a una Rusia que se ha quedado esperando a las contras.
Llegando a los 20 minutos del complemento llegó el cambio que los españoles, y los amantes del fútbol esperaban, a la cancha el "cerebro", Iniesta.
Más allá del ingreso del compañero de Messi en el Barcelona, a España -tuvo más del 75% la posesión del balón- le costó mucho (igual que antes del ingreso del "pelado") perforar la doble línea de cuatro de Rusia y el partido se hizo muy aburrido.

Apenas un disparo desde la media luna de Iniesta que el arquero local sacó abajo, fue la única chance clara de España ante ninguna Rusia que nunca pudo armar una contra medianamente buena en el complemento.
Lo  cierto que el partido se estancó. España tuvo serios problemas para crear peligro ante una Rusia muy ordenada atrás. Y llegar al alargue no fue ninguna novedad.

En los 30 minutos suplementarios poco cambió. España, sin poder quebrar la línea defensiva de los locales (Rusia no pasó la mitad de la cancha en el alargue), siguió sin ideas y aportó algún disparo desde afuera del área que el arquero Akinfeev respondió con solidez. Y los penales sentenciaron la historia.