Por Agustín Domper river plate

Otro capítulo de la saga: Napoleón

La noche pedía una dosis de épica, amor al deporte amateur y mucho sentido de pertenencia al club riverplatense para que suceda algo mágico e inolvidable. Las adversidades a las que se enfrentó el plantel de Marcelo Gallardo lejos estuvieron de achicarlos en el campo de la Bombonera o en el nuevo césped del Monumental. Si, lo hizo otra vez. Napoleón está de regreso para seguir escribiendo la historia moderna del millonario en las competiciones internacionales. Solo en 1909 se había presentado a jugar un partido con un jugador de campo: Julio Jose Abaca contra Porteño. Ahora fue con Independiente Santa Fe en la fase de grupos de la Libertadores 2021, 112 años después.

Durante mucho tiempo se recordará esta noche en la que Enzo se puso los guantes y sobre todo el orden táctico evito que River tenga sobresaltos defensivos importantes. La muralla que armaron Lecanda, Martinez y Maidana (la figura) logro que con el correr de los minutos no pareciera que el arquero era un jugador más. Saco dos pelotas que se iban afuera, es cierto, pero sirvió para tomar confianza y decir: ¡Acá estoy yo! Desde Maipú (Mendoza) a la historia grande de Núñez. Fue determinante la sonrisa del mendocino en la entrada en calor donde ya demostraba tomar este desafío con calma, eso transmitió los 90 minutos desde el arco más grande del mundo como dice el Pato Fillol.

El amateurismo a flor de piel en los once que jugaron sin suplentes fue un viaje en el tiempo: Volver al siglo pasado. Antes del profesionalismo (1931) podría pensar uno en situaciones similares con pocos jugadores o llegadas tarde en los carros viejos de Buenos Aires. Fue volver al pasado de cada uno en las divisiones inferiores también, cuando no había mas de once para firmar planilla. En definitiva, creo que lejos de hacerle un mal la Conmebol le dio una lección de vida a este futbol tan profesionalizado y sin sentido común. El fuego sagrado de la competencia y del grupo unido siempre será mas que cualquier situación adversa. Podría haber sido empate o derrota, pero la imagen no se mancha, esa sensación de priorizar el nosotros antes que el yo estaba clara.

Cada vez que aparezca alguna desventaja de resultado o de armado de equipo en este deporte nuestro de cada día todos recordaran al River de Gallardo y Enzo en el arco. La posibilidad de estar en el Monumental me dejo en claro una cosa: El futbol es Simple. Sin misterios, sin vender humo, sin exagerar la realidad, sin llorar, con trabajo, compromiso, lealtad y pasión a la redonda se logran objetivos impensados para la mayoría, aunque claros para los protagonistas. Entre ellos dos pibes que debutaron como Tomas Lecanda y Felipe Peña de gran partido ambos. Más allá de los detalles el secreto del arquero improvisado estuvo en evitar salir en los centros para no dar un paso en falso, estuvo ordenando como siempre el equipo desde el arco en este caso. En definitiva, se cumplió lo que anticipo su padre Carlos Pérez en la televisión: Ojo Armani. ¡No vayas a perder el puesto con Enzo!