POR FABIÁN CODEVILLA BOXEO

Medio siglo de Bonavena vs Alí

Era otra época, se vivía de otra manera, se respiraban aires de “modernismo”, asomaban los Beatles, Monzón ya era Campeón del mundo tras el fulminante nocaut a Nino Benvenutti un mes antes en Italia y un muchacho oriundo de Parque Patricios, fanatico de Huracán, porteño de pura sepa, vivo y pícaro, buscaba grabar su apellido en las grandes páginas del boxeo mundial.
Oscar Natalio Bonavena, el hijo de doña Dominga, la reina de una casa donde los domingos se degustaban los famosos ravioles que ella misma amasaba, que había comenzado su campaña profesional en Nueva York, no solamente era blanco y tenía apellido italiano, si no que además, a los 28 años, había tenido dos veces por el suelo a Joe Frazier, ni más ni menos. “Ringo”, como le decían, se inventó a sí mismo, fue su habilidad la que consiguió la pelea de la que hablaba todo el mundo, iba a enfrentar al que sería, con el correr de los años, el mejor boxeador libra por libra de la historia, Cacius Marcelus Clay, al que ya se conocía como Mohamed Alí, nombre con el que lo bautizaron al convertirse al islamismo.
Bonavena fue un creador de la auto publicidad y el marketing, las negociaciones le sirvieron para tener una bolsa asegurada de 100.000 dólares; Ali, por su parte, tuvo una bolsa de 200.000, venía invicto con 30 peleas, todas ganadas, con 24 nocauts.
El argentino, a su vez, sumaba 46 victorias con 37 nocauts a favor, 6 derrotas y un empate.
Muy pocos recuerdan que la pelea se llevó a cabo un lunes, porque la tv estadounidense argumentaba que ese día se aglutinaban muchas más personas frente a los televisores, ponía como antecedente para la elección del día, que los sábados la gente salía de sus hogares a pasear y a cenar, tiempos en que no existía el cable y tampoco el “pague para ver”.
En Argentina se televisó a través de Canal 13, con los relatos y comentarios de Ricardo Arias, único enviado del canal. En los estudios centrales, Fernando Bravo fue el presentador del espectáculo que terminó siendo histórico record de rating con 80 puntos, solamente superado por la final del Mundial de Italia entre Argentina y Alemania en 1990.
Finalmente llegó ese 7 de diciembre de 1970 y la pelea en el mítico Madison Scuare Garden de Nueva York, albergó a 20000 espectadores, 15 asaltos donde “Ringo” dio lo mejor de sí ante un adversario que lo superaba en técnica, alcance de brazos y estatura, sin embargo Bonavena se la rebuscó con su tozudez y su coraje para, por momentos, superar a su extraordinario contrincante, la pelea se definió por nocaut a menos de un minuto de concluir combate, que allá por el noveno asalto tuvo al “yankee” por el piso, más producto de un resbalón que de un golpe del argentino, que si terminó dicho round con Alí flameando producto de la izquierda demoledora del oriundo de Parque Patricios.
Nueve años después de aquella noche inolvidable para el boxeo argentino, cuando ya Oscar Bonavena había sido asesinado y Alí estuvo de visita en Buenos Aires, el otrora campeón mundial definió a su ex rival diciendo...
“Todo el mundo se reía de Bonavena, pero él se reía más de todos cuando iba al banco para depositar la plata que habia ganado”.
“Ringo” fue un grande entre grandes, un personaje único e irrepetible, un ídolo popular, un icono de Buenos Aires que logró cumplir su sueño, grabar su nombre en las páginas memorables del boxeo internacional.