EDITORIAL Mendoza

"Lo satisfactorio de no caer en el cuento"

 

Por Beto Sabatini
Director de LV8 - Nacional Libertador

Vas caminando, ya entrada la noche, por una calle no muy agraciada del centro. Tu marcha está signada por un exceso de alerta que está cerca de fermentar en miedo, cuando desde un pasillo apenas iluminado llaman tu atención:
- ¡Pssst pstttt! ¡Tengo algo para venderte que seguro te interesa! ¡Es justo lo que necesitas!

La frase viene de una silueta humana poco identificable, que mientras habla te muestra una caja de cartón con algunas inscripciones ilegibles y fotos de gente feliz.
- Esto sobró de un embarque y es un sistema para que no te cobren casi nada de luz y gas ¡Es lo último que salió! Lo estoy vendiendo barato...

Suena maravilloso escuchar justo lo que uno quiere escuchar, más cuando surge de la nada y a bajo precio. Por eso te detenés un segundo y le prestas atención a la caja de las fotos felices, pero notás de inmediato que hay cosas que no encajan.

Si es algo tan maravilloso ¿Por qué no sabías que existía? ¿Si realmente hace lo que dicen que hace por qué no hay siquiera una explicación de cómo lo hace en la caja? ¡Aaaah...! Pero suena tan bien, y es justo lo que querés escuchar en este momento... Sin embargo sabés bien que no es lo que parece.

Preguntás el precio, es barato pero no tanto. Preguntás si es legal, no te responden. Finalmente te imaginás explicando a un inspector qué es esa caja sospechosa que pusiste en el medidor de tu casa mientras te hacen una multa gigante y sabés que te vas a arrepentir hasta el infinito y más allá por la picardía.

Ahí decidís seguir de inmediato tu camino. Agradecés apenas la oferta sin considerarla y apurás el paso antes de que te ofrezcan alguna otra "maravilla" como esa. Por un segundo te preguntás cuáles eran los motivos de aquella extraña persona para ofrecerte eso, pero de inmediato advertís que se trató de un intento de estafa para hacerse con el poco dinero que llevás encima. Cuando llegás a tu casa te sentís bien, muy bien. Con esa gratificante certeza de que a pesar de lo tentador, no caíste en el cuento.

Mientras tanto, en otra calle como esa pero del mundo virtual, te ofrecen otra caja. Esta tiene la firma de 300 intelectuales y critica duramente las medidas tomadas para combatir el Covid19, pero una vez más, hay cosas que no encajan.

No hay un solo dato adentro. No hay estadísticas, ni hipótesis, ni nada científico en el texto. Tampoco hay análisis sociológicos ni propuestas o estrategias diferentes . Sí abundan elementos que no son parte ni del discurso científico ni del intelectual sino más bien del publicitario, el discurso de la venta, entre la que destaca una palabra inventada, "infecatadura", forjada en el mismo horno de mezclar palabras que nos dio creaciones como "meritocracia".

Esta super oferta también incluye  comparación de frases cuyos contextos y cotextos son totalmente diferentes, solo para buscar asociar a los autores de forma negativa. Llega incluso al colmo de decir cosas como "la democracia está en peligro como nunca lo estuvo desde 1983" y vos de inmediato pensas "¿Dónde estaban estos intelectuales en 2001 cuando desfilaban presidentes? ¿Dónde estaban cuando el Ejecutivo nos endeudó sin pasar por el congreso? ¿Por qué hablan de democracia como las películas yankees donde confunden un sistema de gobierno con su estilo de vida?

Seguís mirando la caja y en el fondo ves directamente una orden encubierta.

"Llamamos a grupos, organizaciones y medios de comunicación a redoblar una actitud crítica y vigilante hacia al poder gubernamental, aumentando la deliberación y la conversación social y exigiendo la presentación de un plan de salida". Falta el grito de "a por ellos!" y cartón lleno.

Quizás algunos y algunas dirán "¡Aaaahhhh! ¡Es justo lo que yo quiero escuchar! ¡Qué razón tienen". Pero si imaginas la escena posterior a comprar esta caja, como hiciste con la otra, vas a ver cientos de miles de personas infectadas y miles muertas, como en algunos países vecinos y no tan vecinos. No necesitás pensar en multas ni en problemas extra, con esa imagen sobra. Y si terminás la historia de esta segunda caja como terminó la de la primera, caminando rápido para salir del callejón, vas a llegar a la parte en que te preguntás por los motivos de quien te ofrece estas cosas.

Los vas a entender igual de rápido, sobre todo si ves referentes de la oposición y ex funcionarios firmando camuflados entre los intelectuales. Buscan generar división, grieta, odio; darte una mezcla de lo que querés escuchar con lo que quieren que hagas para sumarte a uno de los dos supuestos bandos de una grieta que en realidad no es tal y que solo fue pensada para dividir y polarizar con el objetivo de tener en las próximas elecciones, otra vez, un país dividido. Un país donde las personas dejan de lado los vínculos vecinales, de amistad, laborales y hasta familiares, para alistarse en una batalla en la que no ganan nada, pero que aun así pelean.

Opinar y tomar postura frente a las decisiones del gobierno es un derecho que todos y todas tenemos y que ejercen todas las personas que quieren con total libertad, algunas incluso con dureza. Pero venderte una caja dudosa para usarte como carne de cañón en su batalla es algo muy distinto. Mejor salgamos del callejón y vamos a casa, con nuestras personas queridas lo más cuidadas posibles y con esa gratificante certeza de que a pesar de lo tentador, no caímos en el cuento.