Andrés Folguera, doctor en Geología, especializado en Tectónica, profesor Asociado de la UBA e investigador del CONICET se refirió al sismo que se sintió en la provincia de Neuquén los primeros minutos del lunes. El especialista confirmó que el epicentro no fue en chile sino a 25 kilómetros al sudeste de la localidad de Loncopué.

Folguera aseguró que lo anómalo del Sismo fue la intensidad de 6,6 no la cantidad que se registran a lo largo de la cordillera. Hubo durante los días previos sismos en San Juan, Mendoza, Jujuy, La Rioja, Salta y Catamarca, todos de baja intensidad. “Fue grande para lo que se suele sentir en la zona. No hay experiencia con terremotos de esta magnitud. Son grandes en Chile y siempre llegan atenuados a suelo argentino y los que se generan en Neuquén son pequeños… Son casualidades estadísticas que haya habido sismos en las otras provincias. A veces un terremoto grande puede inducir terremotos vecinos, pero en este caso no identifico un terremoto grande inicial que haya iniciado la frecuencia” aseguró.

El geólogo consideró innecesario el uso de aplicaciones de alerta sísmica en zonas que no tiene potencial sísmico importante. “En el caso específico de Neuquén los terremotos de 6,6 son muy extraños entonces qué sentido tiene dar una alarma en Neuquén de un sismo en Loncopué” se preguntó.

Finalmente confirmó el funcionamiento de un semáforo sísmico en zona de actividad hidrocarburífera no convencional en Vaca Muerta que realiza el Instituto Volponi, de la Universidad Nacional de San Juan, con datos procedentes de una red privada de sismógrafos de empresas petroleras. “Tiene que ver con el volumen de agua inyectada. Cuanto más se inyecta más posibilidades hay de inducir sismos. Si modera los niveles de inyección va regulando el potencial sísmico” concluyó.