SILVIA CARRETTA Jujuy

“Juana Azurduy fue una mujer enorme. sin dudas, la heroína de américa”

Un 12 de Julio de 1780 nació Juana Azurduy, y por esa fecha en especial se conmemora el día de la Hermandad de argentino boliviana, y sobre ello la profesora e historiadora Silvia Carretta dialogó con el programa “El aire nuestro” destacó a la heroína americana como “un personaje destacado dentro de la independencia como capitana y mujer de armas, tanto en los ejércitos patriotas de Salta y de Tucumán como de la propia Charcas.

Para la época era muy difícil de entender que una mujer comandara las fuerzas, siempre se la asoció a servir a los ejércitos acompañando a los maridos como mujeres que servían para curaciones, preparar la comida, acompañar a sus hombres y era un papel bastante rezagado el de la mujer a pesar de que muchas mujeres anónimas han contribuido a la Independencia y a otras guerras que se han dado en la región, porque después el Alto Perú va a tener también que enfrentar la Guerra del Pacífico, Guerra del Chaco y realmente en todas las contiendas la mujer ha cumplido un papel destacado pero no como sostén de los ánimos, de la alimentación, sino que en muchos casos también tomaban las armas.

Juana Azurduy es una de las pocas mujeres de la Independencia reconocida en su rol de comandante de fuerza, de dirigente de un cuerpo y que se la ascendió en el año 2010 a generala del ejército libertador, del ejército patriótico.”

En cuanto al hecho de que a Azurduy le hayan sacado la pensión vitalicia, Carretta explicó que “esos son los vaivenes políticos de los que va a entrar los estados sudamericanos después de la independencia. No van a tardar en organizarse como Estados nacionales, pero la tendencia va a ser más liberal y centralista que federal. Entre las personas que les va a tocar llevar adelante los proyectos políticos existía cierto revanchismo por estas cuestiones más locales, más regionales; y por eso no es sólo que le quitan a Juana Azurduy. Si uno recurre por ejemplo a la historia de San Martín también estaba tildado por los gobiernos liberales, Rivadavia y después historiadores del Estado nacional como un traidor a la Patria, como alguien que había entregado el Alto Perú, que no se había dispuesto a pelear por el mismo y se lo acusaba de espía inglés; y con todas esas maniobras se le quitó su pensión hasta que mucho después su hija, a través de la Embajada inglesa, en trámite de reconocimiento de la pensión de San Martín, que vivía como administrador de un amigo francés de hacienda, gran terrateniente, y con eso costeo sus últimos años de vida.

Si pensamos eso en una figura como San Martín, para nada me extraña que lo de Juana Azurduy que en muchos casos el compromiso de pago, de algún reconocimiento, alguna entrega de tierra, se respondía con ciertos colores políticos y desde ciertas ideologías. Es en el Alto Perú donde se cuaja de alguna manera la identidad rioplatense inclusive, entonces no me extraña la cuestión. Conozco algunas cosas de la historia en mi condición de profesora pero aparte la región tiene un valor significativo en la historia de la Independencia inclusive en la historia de varias luchas; las mujeres no son tampoco un caso excepcional, tenemos a Juana Manuela Gorriti, Juana Azurduy y hasta mujeres que acompañaron a hombres como Belgrano que fueron para su época grandes defensoras del género, mujeres audaces que hacían valer sus sentimientos, sus decisiones, en sociedades muy conservadoras como lo es el caso de los Ezcurra, de las familias tradicionales de Tucumán que tenían cierto apego a la mujer de clase alta y casada con los grandes nobles o las grandes figuras, y que guarda que se meta en otra situación que no sea bordar, tejer, practicar algo de música y nada más.”

Además la investigadora comparó las diferencias en las figuras femeninas de ese entonces, ya que según ella “si uno piensa por ejemplo en Mariquita Sánchez de Thompson tocando el himno nacional es la figura de la mujer un poco apegada a la norma y al machismo de la época, pero si uno piensa en Juana Manuela Gorriti o en Juana Azurduy, en la propia Encarnación Ezcurra o las mujeres de Belgrano, eran mujeres audaces en el sentido de desafiar a los patrones de entonces sobre el lugar de la mujer; escritoras, impulsoras de nuevas tendencias sociales vinculadas también a una liberación femenina en términos de afecto, que para la época es mucho decir.

Juana Azurduy, chuquisaqueña, fue una mujer enorme en el sentido de generar un espacio distinto dentro de las fuerzas a la mujer y sin duda es la heroína de América, más allá de que no comparta yo los combates, las cuestiones bélicas como grandes cuestiones de la historia.

Entiendo que su paso deja un camino a todas las mujeres indígenas de América y mestiza principalmente.”