Por Gastón Fiorda INTERNACIONALES

Ho Chi Minh, el líder que todo lo supo

Fue el gran revolucionario vietnamita, convertido en símbolo de la resistencia contra el colonialismo y la explotación de las potencias occidentales. Su legado es una insignia que va más allá de los límites de su propia historia y están han incidido notablemente en los cambios políticos y sociales del Este Asiático en la segunda mitad del siglo XX.

Nació el 19 de mayo de 1890 en Annam bajo la ocupación francesa. Siendo muy chico caminó 400 kilómetros para acompañar a su padre a la ciudad imperial de Hue, donde realizaría sus estudios. A los 18 años participó de las primeras protestas contra el sistema colonial, y poco tiempo después emigraría por las duras condiciones sociales. Una decisión que lo obligó a estar tres décadas fuera de Vietnam, donde regresaría convertido en un líder indiscutido.

Fue ayudante de cocina en un barco francés. Anduvo por África y Estados Unidos. En 1912 recaló en Londres donde trabajaría como removedor de nieve, fogonero de carbón, mozo de hotel y retocador de fotografías. Aprendió inglés y dio sus primeros pasos en política partidaria.

En 1918 tomó contacto con los incipientes movimientos anti colonialistas en una París convulsionada. Allí comenzará una etapa fundamental en la vida de Ho Chi Minh, de gran producción intelectual. En sus escritos de época ya se visualizaba el compromiso de lucha contra la opresión de los pueblos dominados por el colonialismo.

A fines de 1924 se trasladó a China donde comenzó la estrategia por la independencia de Vietnam. Para ello, fundó un partido político que representaba los intereses de los trabajadores y de su pueblo, revelándose como un genial pensador y estratega.

De París se trasladó a Moscú, para sumarse a la III Internacional Comunista y luego a China a fin de establecer una escuela de formación para los vietnamitas exiliados. En 1930, funda el Partido Comunista de Vietnam en la ciudad de Hong Kong, y al poco tiempo fue detenido por la policía británica a pedido de Francia. En 1933, ya liberado, logra abordar un buque y refugiarse en Rusia. Pasará algunos años lidiando con los pedidos de arresto y el trabajo en la clandestinidad.

Al inicio de la Segunda Guerra Mundial, Japón invadirá Indochina y vencerá casi sin resistencia a los franceses. Esas circunstancias convencieron a Ho Chi Minh de la necesidad de regresar a Vietnam. Lo hizo en 1941 cruzando la frontera sur de China para instalarse en las cuevas de Pac Bo desde donde liderará, junto al general Vo Nguyen Giap, la formación armada Viet Minh hasta la consagración de la Revolución de Agosto.

El 2 de septiembre de 1945 nació la República Democrática de Vietnam y Ho Chi Minh fue su primer presidente. En la lectura de la Declaración de Independencia ponderó la paz en un país atravesado por la hambruna y las divisiones sociales. Un anhelo que resistió los días que tardaron los franceses en retomar sus planes de conquista.

La guerra contra la potencia europea duró 9 años hasta la victoria final en Dien Bien Phu. Sobrevino el Acuerdo de Ginebra que dividió a Vietnam por el paralelo 17. Ho Chi Minh buscó siempre la unidad nacional evitando el conflicto armado. No lo logró. Estados Unidos estuvo dispuesto a todo para contener al comunismo en el contexto de la Guerra Fría que lo enfrentó a la Unión Soviética.

En 1969, hizo su último llamamiento a la guerra de resistencia contra los norteamericanos. El triunfo, a esa altura, era un horizonte posible. El 2 de septiembre de ese mismo año Ho Chi Minh moría de un paro cardíaco en su modesta casa de Hanói a los 79 años de edad.

Si bien la guerra duró hasta 1975, para el pueblo vietnamita él fue el gran artífice de la independencia definitiva. Desde su muerte hasta la victoria final, los tanques del Viet Minh y del Frente Nacional de Liberación estuvieron embanderados por la misma leyenda: Siempre marcharás con nosotros, Tío Ho.