Por Carmen Estenaga Corrientes

Cándido López, el pintor "manco" de la Guerra de la Triple Alianza

La coordinadora del Museo Histórico Municipal, Profesora Carmen Estenaga Cabral, comentó en el programa Cultural de "Yayetopa" sobre la Historia de Cándido López, el pintor manco que reeducó su mano izquierda para retratar el infierno y horror de la Guerra del Paraguay.

 

Además de pelear en el conflicto militar más sangriento de América Latina logró ser el artista que mejor la representó con sus pinturas, convirtiéndolo en lo que hoy conocemos como corresponsal de guerra. Fue justamente allí donde perdió su mano derecha por lo que tardó años en culminar su trabajo al tener que aprender a hacerlo con la izquierda. Su historia.

La Guerra del Paraguay o guerra de la Triple Alianza fue el conflicto militar librado entre 1864-1870 por las tropas argentinas, uruguayas y brasileñas contra el Paraguay que significó una de las manchas más oscuras de la historia latinoamericana con pérdidas devastadoras: el 60% de la población paraguaya perdió la vida, la posterior epidemia de fiebre amarilla fue traída por aquellos que lucharon en territorio guaraní y cientos de familias fueron destruidas. Entre las historias que se pueden rescatar de tal horror está la de un tal Cándido López.

López nació el 29 de agosto de 1840 en Buenos Aires y desde muy pequeño desarrolló su vocación artística, comenzó siendo autodidacta y luego tomó clases con Carlos Descalzo y Baldasarre Varazzi. En 1859 se mudó a Villa Mercedes hasta 1863, allí le realizó un retrato a Bartolomé Mitre, ese encuentro sería clave para años después. Entre 1861 y 1862 trabajó junto a Soulá realizando daguerrotipos, el antecedente de la foto, durante ese lapso aprendió detalles que volcaría en sus cuadros como observar encuadres e interesarse por documentar lo que veía como un momento, como lo casual.

Con la mano izquierda pintó su obra más importante concentrándose en reflejar los campos de batalla y los campamentos de la Guerra del Paraguay, intentó recordar cada detalle de aquellos días y lo que le sirvió fue el haber recolectado flores y hojas que guardó en su cuaderno ya que el olor de los mismos, diría después, lo "auxiliaron para reproducir con fidelidad lo que mis ojos han visto". Se había convertido en un corresponsal de guerra sin que la palabra aún existiera.

Parte de sus obras se exhiben en el Museo de Bellas artes y en el Museo Histórico Nacional en la exhibición "Panorama Cándido" que fue estrenada a principios de este año. Hoy sus obras, realizadas con un esfuerzo de voluntad admirable, son consideradas el registro histórico más fidedigno de aquellas tardes donde convivió la desesperación, la muerte y una ronda de mates entre los soldados que hacían olvidar por un instante aquel presente desdichado.