PERSONAJES LV4 NACIONAL SAN RAFAEL-MENDOZA

Historia de amor y pan ¿Quién no se acuerda de Don Molina?

Hablar en San Rafael de “Don Molina” remite a los recreos de la escuela de la infancia y la adolescencia, al placer de un desayuno calentito en las mañanas de invierno.
Detrás de esos recuerdos hay una empresa familiar que se remonta al año 1942. La clásica e histórica panadería “Molina”, sigue funcionando hoy en la calle Coronel Plaza 359.
El móvil de LV4 SAN RAFAEL visitó el negocio, que está ahora a cargo de Héctor Molina (hijo). Revivimos con él la imagen de Don Héctor Aníbal Molina, quien - por décadas - recorría las escuelas con un canasto de mimbre, llevando las tortitas para el desayuno.
Nos contó su hijo que, desde su adolescencia, sigue con el mismo oficio de su padre. “Yo no era muy buen estudiante, entonces él me sugirió empezar a trabajar en la cuadra y terminar mis estudios en la escuela nocturna”.
“Empecé a hacer las raspaditas y las medialunas, y finalicé la escuela primaria en la Villanueva; recuerdo con claridad esos inviernos crudos cuando llegaba mi papá con las macitas. Era un manjar comerlas con el chocolate que nos servían en aquellos años”, afirmó.
Don Héctor tiene actualmente 95 años y su esposa Norma 85. Están casados desde hace 65 años. Pese a que ya le cuesta un poquito caminar, en los días lindos sale a pasear e indefectiblemente se mete en la panadería (nadie nos quiso decir si sigue dando órdenes).

Su hijo asegura que uno de los secretos de la empresa ha sido mantener, cada día, el amor y el cuidado de cada elaboración.
“Sabemos que todos los días la gente espera la calidad de los productos que se hacen en esta panadería, ya que aquí sabés lo que comes. Además puede consumirse el pan tan crocante al medio día como a la noche”, explicó Héctor (h).
Esa es la diferencia de trabajar con un horno de leña, que conserva las puertas de hierro originales, marca Sian Di Tella. A esto se suma una estufa contigua, que se calienta con brasas, lo que aporta al leudado del pan.
Héctor valora el hecho de que mucha gente - a partir de la situación de pandemia - haya decidido elaborar pan para aportar a la economía familiar y destacó que “si se quedaron sin trabajo, con los cuidados de higiene que la elaboración requiere, se puede tranquilamente vivir de esto, aunque a veces la gente prefiere optar por su panadería de confianza”.
Hace un tiempo Don Molina fue reconocido en la escuela Álvarez de Segura. Hoy lo hacemos también desde LV4 SAN RAFAEL, destacando toda una vida de amor y trabajo.


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