Noemi "Noe" Coto Corrientes

Es un enorme triunfo haber señalizado el ex Regimiento de Infantería 5

El sábado pasado se señalizó el ex Regimiento de Infantería 5, como un lugar donde se cometieron delitos de lesa humanidad. Una pieza fundamental para las investigaciones fue, Noemí “Noe” Coto, quien fue secuestrada y torturada en ese lugar. Coto dialogó en el programa Noti Radial, que se emite por nacional LT12, por esa señalización, y por los 40 años de democracia, al conmemorarse este 30 de octubre.

Noe Coto, es una muy reconocida escritora de Paso de los Libres, y ya hace un tiempo se fue a vivir a la capital correntina, de nombre homónimo, pero el recuerdo de esa gran escritora, y de la persona que siempre estuvo ligada a la cultura, como presidente de la casa de la cultura, directora de cultura, entre otros cargos, quedó en el recuerdo de todos los libreños.

Coto dialogó en nuestro medio, por la señalización del lugar donde ella fue secuestrada y torturada, cuando tenía un hijo de 2 años, y un bebe en su vientre de tan solo 2 meses.

El triunfo que significa, haber marcado ese lugar, como un centro clandestino, de tortura, y no sabemos si de asesinato también, es enorme. Que se haya podido hacer eso, en Paso de los Libres, es un gran logro, y que en ese lugar esté funcionando actualmente un colegio, a mí me reconforta, porque están chicos aprendiendo en época de democracia, y ojalá que ellos puedan tener, una concepción de democracia, mucho más grande de la que teníamos nosotros, porque en nuestra infancia, era como que todo lo que estaba mal estaba afuera de nuestras vidas, estaba afuera de la argentina, salvo algún golpe militar como el de Alejandro Agustín Lanusse, que no pasó a mayores como pasó esto, esto fue la desatada del infierno,

Mira, yo hace mucho, mucho tiempo, creo que desde ese secuestro, pienso que todos nacemos con un monstruo adentro, que podemos pasar toda la vida sujetando el monstruo. No sale nunca, pero sí sale, no tenés forma de volverlo atrás.

Honestamente creo que todas estas personas que participaron en ese vandalismo, en esas masacres, en ese goce por el sufrimiento del otro, no van a volver a ser personas nunca. Hay cosas de las que no podes volver, hay caminos que no puedes tomar porque no tienen sugerencia.

-Por suerte están viejos, por suerte hay una generación que está caminando con otra mirada, por suerte hay gente con mucho valor, con mucho coraje que la pelea todos los días.

-Por suerte tenemos las madres de Plaza de Mayo y las abuelas que aunque se estén muriendo están dejando la semilla atrás en los hijos y los nietos.

Nosotros tenemos una historia reciente sembrada de terror, pero merecemos vivir sin terror, merecemos criar niños sin terror, y sobre todo estamos obligados a criar niños que respeten al otro, que vean al otro, que lo consideren persona.

No podemos ignorar a la persona que hay dentro de alguien que se enoja, de alguien que sufre y de alguien que llora. Yo tuve la suerte de ser una sobreviviente, tuve la mala suerte de caer en algo que no tenía nada que ver conmigo, pero también tuve la suerte de ser una sobreviviente. Pero también tuve la suerte de ver lo que son cuando ya no tienen careta, cuando ya no tienen público, cuando ya no tienen un palco. Cuando las insignias que se cuelgan en los uniformes no valen nada. Yo tuve esa suerte y la agradezco.

El locutor del programa Noti Radial le preguntó: ¿Todas esas energías y experiencias acumuladas, la que analizaste a través del arte, de la escritura, que se haya reivindicado tu posición y la de tu familia a través de un juicio, cómo debería ser y como la democracia lo establece, te convenció y te llevó justamente a eso, a escribir y a canalizar por otro lado, eso que nos enseñan las madres y las abuelas, a no tener un odio, a no tener deseos de venganza?

Sí… yo en realidad empecé a escribir cuando tenía 13 años, y bueno, eran garabateadas, después me casé, a los 20 nació mi primer hijo, a los 22 vino este tema y ahí yo, en el miedo de seguir amenazada, porque seguíamos amenazados, yo cerré las puertas de mi casa y los chicos jugaban adentro, traían sus amigos, venían nuestros amigos, pero nos manejábamos con miedo para salir a la calle.

Toda esa época nosotros vivíamos en el camino a gendarmería, toda esa época teníamos casi siempre un unimog que justamente se descomponía frente a casa, teníamos autos sospechosos que iban y venían, o sea, la amenaza nunca desapareció, incluso hubo una noche que golpearon la puerta, salí yo a atender la puerta, y un militar vestido con la remera blanca, el short blanco, las zapatillas blancas, en bicicleta, me dijo ojo con lo que hacen esta noche y se volvió y se fue.

Entonces, ya ahí estaba superado el miedo por uno mismo, ya estaba el miedo por los chicos. Cuando llega la guerra de Malvinas y se pierde, esa infamia, esa otra infamia que hicieron, empezamos a pensar ya en una apertura, pero ojo porque seguimos, nosotros seguimos controlados.

Se funda la Asociación de Escritores Libreños, se funda la Casa de la Cultura gracias a la iniciativa de Caio, nos empezamos a juntar ahí en la biblioteca toda la gente de arte, yo ya estaba escribiendo un montón en ese momento, teníamos un quehacer artístico, digamos, y eso hacía muchísimo bien, hacía muchísimo bien porque encima estábamos, te vuelvo a repetir, estábamos reunidos con muy buenas personas, hasta que un día cae Carlos Waern, que nunca supimos que era escritor, a pedir integrar la Asociación de Escritores Libreños y bueno, se le dijo que sí como se le decía que sí a todo el mundo, como  o  meses después yo supe de que Carlos Waern, en una noche de vino con otro comentó que el trabajo de él era ir a las reuniones de los escritores para controlarme, y me dio gracia porque pensaba, no aprenden, viste, no entienden, porque controlarme ¿qué?, yo tenía una vida absolutamente pública, absolutamente normal, no tengo carácter como para decir, bueno, si algo no me gusta me lo guardo, porque en ese sentido soy bastante chispita, salto enseguida, y bueno, y la siguieron…

Después el tema de ese famoso de la, cómo era la lista de blancos permanentes que honestamente cuando me enteré no podía parar de reírme, porque blanco permanentes, yo pensaba que esta gente se ganó el sueldo controlándome a mí, porque había distintas clasificación de blancos, blanco permanente, blanco, no me acuerdo qué y blanco no me acuerdo, bueno, yo estaba en el peor, comentó.

Cuando por fin llega la apertura de que se pueda hacer un juicio, de que se los va a enjuiciar, cosa que nadie creía, ya fue bastante aliviada la cosa, la primera audiencia fue acá, en el juzgado federal, y después fue en Corrientes. Pero ya estaba, ya estaba visto de que no podían zafar, porque ni los abogados de ellos podían hacer mucho, el único que zafo fue “Tarzán” Aldabe, porque había fallecido, porque era uno de los más complicados también.

Ahí seguimos, seguimos con un poco de reparo, se puede decir que eso da un poco de reparo, pero jugando que sigan apareciendo, que aparezcan los que están vivos y los que no están vivos, que digan dónde están, que entreguen los chicos.

Vos sabes que yo a veces me pongo a pensar, mi hijo tiene 48 años, y están encontrando chicos de 48 años, se pasaron lo que sería toda la vida de mi hijo intentando encontrar, y ese hijo se perdió 48 años, muchas veces en manos de los propios represores que mataron a tu padre, esta es una historia que no puede volver a repetirse, enfatizó Noemí

Chiappa, le consultó sobre el tema de que a su  ex marido, el periodista Carlos Lossada, fue a declarar, y luego de esas declaraciones, sufrió una tremenda golpiza, por haber ido a declarar, y los que declaró.

Coto respondió  que  en esa época ya vivía en Corrientes, pero sí me enteré de que lo acecharon en una esquina una noche y lo golpearon.

¿Sabes que Mario, con el tema de que mentía o no mentía, nadie tiene necesidad de mentir en estas cosas? Porque no ganas nada, mintiendo, y no es bueno ni es a tu favor decir, en mi caso por ejemplo, a mí me tuvieron, yo estaba embarazada ahí, me tuvieron en una posición recontra, incómoda, atada, encadenada a un pupitre, sin poder tomar agua, ¿qué ganas con una mentira así? No hay forma, no hay forma de mentir, subrayó

Chiappa ¿En ese viaje a corrientes en el Falcon iba a Carlos Feraldo también, ahí lo reconociste?

Coto: Yo no fui a corrientes, a corrientes llevaron a la hermana de Carlos y el que manejaba por los dichos de ella, el que manejaba era Feraldo.

A nosotros nos liberaron una hora después de que salieron de acá con Carlos Lossada.

Yo estaba dos meses embarazada. Que te digo, el tema de mi hijo era terrible porque yo no sabía que había pasado con él, yo lo último que llegué a ver es que una niñera lo arrancó de las manos a mi hijo, Jerónimo de un militar y salió corriendo, mi papá vivía a tres cuadras ahí, ahí automáticamente arrancó el auto donde nos tenían a nosotros y nos llevaron, o sea yo no sabía si habían disparado, si los habían agarrado, si habían matado a la niñera que había pasado con el nene, y cada vez que preguntaba se burlaban.

Y con el embarazo yo sé que por ahí son cosas horribles de pensar o de decir, pero hubo un momento en que el griterío, la sangre, los pedidos de clemencia, las patadas, las trompadas, los ruidos de cadena, eran tan pero tan terribles, yo tuve todo el tiempo una persona parada atrás mío haciendo ruido con una bolsa de plástico, que cada vez que se abría la puerta le decía, ¿empezamos? ¿Le damos? Esa era la época que ya se sabía del submarino seco.

O sea que esa fue la, y te digo estando en la posición que él no estaba absolutamente indefensa. Esa sensación de la bolsa y del submarino seco, la bolsa cuando yo salí no podían abrir una bolsita delante de mí, porque a mí me ponía terriblemente mal, terriblemente alerta.

Y el submarino, la falta de aire con una bolsa en la cabeza, me duró como siete años, esa sensación de recordar y como que me viniera una ovo hasta que un día dice, no, ya duró mucho, ya lo hicieron bastante, de ahora en adelante vos no vas a tener ningún sofoco más, Y salí, pero hay que pasar por todo eso, hay que vivir con todo eso.

Y sobre todo porque te vuelvo a repetir, el miedo, una vez que estuviste en manos de ellos, el miedo no es solo por vos, el miedo ya se extiende a tu familia, donde se entiende a chicos.

¿También decís en tu carta que ese día pedías a Dios por un fin para que termine con esa tortura?

De alguien que gritaba, que gritaba espantosamente, gritaba espantosamente, y por la forma en que se reían y toda la chacota que hacían, vos ya sabes de qué no va a vivir, y entonces era pedir por favor que se muera cuanto antes, que le dé un ataque cardíaco, que muera.

También en esa época, yo no lo pongo ahí, también en esa época, ya sabíamos que las mujeres embarazadas eran raptadas, derivadas a algún lugar hasta que naciera el hijo, ahí la madre era asesinada y el hijo era entregado normalmente a los mismos delincuentes, a los mismos informados, en un determinado momento en que el caos fue más grande que nunca, empecé con bajones de presión, ya había llevado un medicamento, que no me dejaron tomar en ningún momento, cada vez que le decía, déjame tomar una gotita, me contestaban, no mamitas, muy temprano para empezar a tomar algo, ahora vamos a tomar todos juntos, o sea, pintaba todo feo, pintaba todo feo cada vez más, en ese momento yo pedí que si no era para estar conmigo, si no era para salir de esto, que ese embarazo no siguiera adelante, que también es una decisión terrible.

M Chiappa: ¿Cuál fue tu pecado? ¿Eras una militante activa, digamos, de alguna agrupación política?

No, no, no, contestó sonriendo, nunca milité, no, nunca milité, nunca milité, mi amor por algo que sea militancia llegó en el 83, cuando lo conocí a Raúl Alfonsín, yo vengo de una familia peronista, todos eran peronistas, grandes discusiones con mi papá y con mi hermano, también con César, porque eran muy peronistas y yo nunca me identifiqué con el peronismo, encontraba serios baches al peronismo, pero yo nunca hubiera podido militar, porque primero rebelde por naturaleza, no hubiera podido acatar cualquier orden.

Si vos militas y te dicen ándate hasta la esquina, descalzaste y volvés descalzada, te vas hasta la esquina, te descalzas y volvés descalzada, bueno, yo no hubiera hecho eso.

Por otro lado yo viví, por revistas más que nada, todo el desastre que fue la Masacre de Ezeiza, la cantidad de muertos, leí muchos libros, leí mucha bibliografía sobre eso y todo era caos, yo sentía que yo no tenía nada que ver con eso, pensé que no había una parte de mí que pudiera colaborar con eso, a mí me saca la palabra y no me queda nada, no, no hubiera podido…

El que militaba sí, era Carlos Lossaada, la verdad que no sé qué decirte que grado de militancia tenía la hermana de él, porque ella vivía en Corrientes, nosotros vivíamos acá en libres, respeto a la militancia, respeto del que es militante, yo siempre digo que en la próxima encarnación voy a venir como política, porque me gusta, me gusta la política, no me gusta la basura que atrae la política, pero sí me gusta, pero yo en esta no, en esta vamos a dejar las cosas como están.

Vamos a seguir agradeciendo lo que hay que agradecer, vamos a seguir llorando lo que siempre se va a llorar, vamos a seguir admirando lo que es admirable, te vuelvo a repetir, la madre y las abuelas de Plaza de Mayo, y muchos como ellos, tienen que ver una cantidad de gente ahí, esa es la historia.

Chiappa: ¿Y qué te trae esta fecha del 30 de octubre y justamente como dijiste alguien que ha ido al atrás o que lo ves como un gran líder político como el doctor Raúl Alfonsín?

Vos no tenés idea, la alegría que a mí me da eso, que acá en libres ganó Julio Federico Mecozzi, nosotros salimos a caminar por la calle, y había una gran caravana, con Mecozzi a la cabeza. Pero yo tenía una alegría increíble porque había ganado Raúl Alfonsín, lo veía tan distinto, pero tan distinto, tan respetuoso, un hombre con tantos valores, tanta claridad, y si… Si yo tengo un ídolo, ese es Raúl Alfonsín, (ojalá él también se reencarne)

Esto que uno ve hoy por televisión, es una farsa tan increíble, mira que yo digo, hoy no voy a mirar televisión, voy  a sentarme a leer, me voy  a sentar a escribir, pero no, no puedo, me puede, porque no puedo creer que los argentinos tengamos en primera plana, una persona tan desaforado co0mo Milei, una persona que no puede hilvanar tres frases seguidas, como Bullrich, y un Macri que hizo pomada el país, y hoy viene como el salvador de la patria.

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