“Día a día vivimos como todavía hay rastros de la dictadura. Año a año sentía mayor necesidad de contar qué es la dictadura, porque por suerte los jóvenes están lejos de saber lo que es, por ello elegí escribir el libro porque cada entrevista periodística es corta, cada tuit es corto y sentía que tenía que dejar plasmado en palabras la historia.”

“Hay algo que es necesario que nuestros jóvenes sepan y es que la historia es importante porque los cuerpos de los chicos que murieron en la noche de los lápices no están, y quienes saben donde están no dicen la ubicación, las familias siguen esperando saber y esto es un problema del presente.”

“Nosotros éramos militantes políticos, creíamos en la política como herramienta de cambio y nos oponíamos a la dictadura. En ese momento sabíamos que nos estábamos jugando la vida en un acto que parece tan tonto como pegar un afiche. La vivencia fue durísima y considero que ningún ser humano merece el trato que nosotros tuvimos.”