EL CANTOR CUENTA SU HISTORIA Jujuy

El legado de Javier Pantaleón

 

Hugo Cabana Flores logró su sueño, fue uno de los Cantores del Alba, pero tuvo que reemplazar a su ídolo: el quiaqueño Javier Pantaleón. Pero antes de ese reemplazo, pasaron muchas cosas, dignas de una película o un libro.

En el aniversario de la muerte del bag

ualero quiaqueño, conversamos con Cabana Flores que nos dijo: “desde niño siempre soñábamos con ser artistas. Los Cantores del Alba para mí eran lo más grande y sobre todo la de Javier Pantaleón.

A los 21 años sucede este gran acontecimiento para mí que era el de ocupar el lugar de alguien tan importante, que sigue siendo importante para el folclore nacional y del mundo, que fue Javier Pantaleón.

Yo trabajaba de enfermero en el hospital San Bernardo en Salta y en la policía, trabajaba en el laboratorio y ayudaba al médico hacer las autopsias. Y un día como hoy (31 de julio) fallece una persona y yo justo estaba de guardia.

Me dicen que hay que hacer una autopsia y fuimos a la morgue del hospital. Efectivamente vi el cuerpo de mi ídolo Pantaleón (murió en un accidente en Rosario de la Frontera), a quien yo tenía que ayudar para hacer su autopsia, fue increíble.

A los 18 días de que le hice autopsia, estuve ocupando su lugar junto al gordo Vaca, a Horacio y Tutú Campos. Fue realmente increíble. Así que imagínate vos la historia que tengo, esa historia tan marcada y tan predestinada desde niño para seguir los pasos de Javier Pantaleón.

Mis padres habían visto mis aptitudes artísticas, y siempre han estado manejando el arte además del estudio, me mandaron a piano, a danza, a guitarra, a canto. Descubro a Los Cantores del Alba porque cantábamos en un conjunto que se llamaba Los Gauchitos del Salesiano. Ahí descubro a Los Cantores del Alba, y a mi ídolo y la voz de Javier Pantaleón. Siempre me marcó mucho de chico, tales así que yo tenía 15 o 16 años, iba por ahí alguna peña o algún lugar de guitarreada en Salta, y la gente me decía: che que parecida tu voz a la de Javier Pantaleón.

Yo me casé jovencito, a los a los 18 años e iba siempre a guitarrear a la esquina de mi casa, en la calle Independencia al 1200. Todas las noches iba a pegar una guitarreada ahí, a cantar y ver grupos. Había un médico amigo que me escucha cantar esa noche. Ya había fallecido Javier Pantaleón y todo el mundo comentaban en el ambiente que estaban haciendo un concurso, un casting para remplazar a la voz de él.

Esa noche el médico me escucha y me dice: vos sabes que yo soy primo de Horacio Aguirre y mañana te voy a buscar para que te pruebe, para ver si podes. Imagínate vos, a las 3 o 4 de la mañana quien se puede imaginar entre los duendes del vino que era verdad lo que me estaba diciendo.

Al otro día fue a buscarme a mí casa, ahí a Independencia al 1200, y Horacio Aguirre vivía en Independencia al 600, o sea a 6 cuadras de mi casa. Y bueno me llevó, había una cola tremenda de gente, todo el mundo quería ese lugar y me hizo entrar de una. Le dice: probalo a Hugo, a este chico hacele una prueba de su voz.

Me encuentro con Aguirre que me dice: canta chango un tema y empecé a cantar `Blanca azucena´ fue el primer tema que canté. Y la verdad que Horacio Aguirre abrió los ojos y se quedó asombrado de escucharme cantar. Me dice: canta otra canción, y empecé a cantar todos los temas de ellos porque me los sabía a todos. Me sabía del primero hasta el último disco. Me dice Horacio: la verdad que me gusta mucho cómo cantas y tenés lo que realmente andamos necesitando. Mirá nosotros, me dice Aguirre, vamos a cumplir un compromiso los tres a Catamarca y el lunes sin ningún compromiso anda ensayándote los temas de nosotros. Le digo, me los se todos, así que el día lunes Horacio Aguirre va a mi casa, me busca, me dice: vamos chango te voy a volver a escuchar. Y ahí estuvimos charlando, escuchando y le gustó mucho y ahí nomás agarró el teléfono, lo llamó a Gilberto Vaca y lo llamó a Tutú Campos comentándole y le dice: mirá, hay un chango acá que canta bien, ¿porqué no ensayamos mañana?

Al otro día me encuentro con mis ídolos frente a frente, imagínate vos lo que fue, mi corazón no sé a dónde se iba, se iba mil por hora. Pero esa misma preparación me hizo a que no me tiemblen las piernas y me ponga a la altura de ellos, ósea mi corazón estaba a la altura de ellos y empezamos a cantar, empezamos a cantar un tema, otro tema, otro y fue increíble cómo se amalgamaba todo, todo encajaba. Encajaba mi juventud porque ellos me doblaban en edad en esa época, encajaba mi juventud, mi potencia de voz, mi presencia y realmente se quedaron asombrados. A Tutú Campos no le gustaba cómo cantaba yo porque parecía que no habría bien mi boca. Entonces se va Tutú al baño y Gilberto Vaca me dice: che abrí más la boca, que se te vea las caries. Volvió Tutú del baño, y bueno efectivamente al abrir más la boca y fue tremendo realmente. Entonces Horacio, el mismo Tutú dijeron: muchachos no busquemos más, y dice: Hugo, este es el nuevo cantor del Alba, mañana hacemos el ensayo.

 

Así que, al otro día, el día miércoles ensayamos todos los temas que se iban a hacer arriba del escenario. Traje de gaucho no tenía, Horacio me dio un traje de gaucho de él, fuimos a una costurera, lo achicamos porque él era un poco más alto que yo, bastante más alto que yo y era el único que me podía andar el traje de gaucho. Porque Tutú era más bajo que yo y Gilberto era más gordo que yo, así que bueno me buscaron las botas. Los del Ranchos de Cruces me regalaron un bombo, un tío me regaló un poncho o sea me han tuniao. Esa misma semana, ese viernes debuto en un lugar del propio Santiago del Estero donde Pantaleón era Gardel.

Yo he sido privilegiado y bendecido por Dios de poder ocupar, yo nunca me vi remplazando a Javier, porque Pantaleón es irremplazable. Gracias a ocupar ese lugar me dio la posibilidad de recorrer todo el mundo, de grabar 8 discos, de detener 2 discos de oro, de ser patrimonio cultural de la provincia de Salta. Y bueno a ocupar un lugar que realmente lo tuve que hacer con mucho cuidado porque Pantaleón era Gardel en el país y en muchas partes de Latinoamérica.

Ya terminé un libro. Por eso me vine a vivir a Córdoba, acá en las sierras para terminar ese libro y cerrar la historia de Los Cantos del Alba. El libro se llama `El Canto del Gallo´, es una historia que un joven que sueña con ser artista de niño y se prepara para ser artista pero no se prepara para el éxito. Es lo que me pasó a mí mi querido amigo, es lo que me pasó a mí porque yo estuve cinco años con ellos, pero no estuve preparado para el éxito y ese éxito me llevó a cometer muchos errores sobre todo de ego, de conducta y eso me llevó a mí al salir del conjunto.

Es una historia también que es muy linda, muy poco tampoco la saben. Yo la estoy contando ahora en el libro, en una forma de novela para que la gente sepa la historia de ese joven que se preparó para ser artista, pero no para el éxito. Así que bueno, esa es mi historia