ANDREA KLAUS CORRIENTES

El juez aceptó la Querella Autónoma pero nos negó la autopsia de Matías

Andrea Klaus, mamá de Matías, un niño de 2 años que falleció "aparentemente ahogado" mientras estaba de vacaciones con su padre en la localidad correntina de Santa Rosa, es querellante en la causa, y comentó que el 3 de agosto tuvieron una audiencia con el Juez de Garantías de esa localidad, Dr. Oscar Ignacio Dubrez, que duró más de cuatro horas. El letrado resolvió dio lugar a la querella autónoma y se reabrió la causa pero negó la autopsia, algo tan fundamental para la causa que la progenitora viene pidiendo desde el principio.

El pedido de autopsia

En relación de la autopsia solicitada consideró que “la causal de muerte, de asfixia por sumersión, es clara y se han presentado múltiples informes tanto de los profesionales que atendieron al niño como de la médica de la policía y el Instituto de Medicina Forense”. Por ello, el Juez entendió que “ya fue zanjada esa discusión y no se han rebatido los argumentos dados”.

Además consideró al respecto que, “la querella no presentó elementos que permitan revertir lo que fue descripto en el informe solicitado por el Ministerio Público ni se rebatieron los argumentos dados”.

La madre del pequeño

Por su parte, la madre del niño también tuvo oportunidad de argumentar el pedido, y mencionó que; “desde que fue diagnosticado con TEA el padre conocía que debía tener un cuidado especial y velar por la vida de su hijo”.

Y explicó que “Siento que hay un montón de cosas que no se tomaron en cuenta. Me dijeron que hicieron la autopsia y no está la autopsia, me bloquearon, no tuve explicaciones y se cerró muy rápido el expediente”. Y finalizó; “Yo se lo dejé con vida y me lo devolvió en un cajón”.

El caso

Andrea Klaus estaba separada de quien fuera su pareja y padre de Matías, por lo que en febrero pasado el niño fue a pasar unas vacaciones en la casa de los abuelos en Santa Rosa, Corrientes.

Allí también estaba su papá, quien lo buscó el 5 de febrero de su casa en Buenos Aires. El menor, quien padecía de autismo leve, quedó con una niña mirando la televisión cuando el hombre fue a atender la panadería ubicada en el domicilio. Cuando se percató que el pequeño no estaba, lo buscó en la casa y fue cuando al llegar al patio lo encontró sin vida en la piscina. Su muerte fue por asfixia por inmersión.

La mujer contó que la separación con quien fuera su pareja se dio tiempo atrás. Ambos se domiciliaban en Buenos Aires, él ingresó a Gendarmería Nacional y concluyó un curso de Criminalística Forense y al poco tiempo de recibido pidió la baja. Tras la separación regresó a su casa en la localidad de Santa Rosa, donde junto a sus padres tienen una panadería.