El embajador argentino ante la Organización de los Estados Americanos (OEA), el docente y abogado Carlos Raimundi, analizó el discurso del presidente Alberto Fernández al que calificó como “muy bueno y oportuno”.

“Seguí con mucha atención el discurso del presidente. Fue muy bueno y oportuno, en ese tono que tiene Alberto de no sentirse parte de un enfrentamiento como si estuviera en un ring, pero con mucha claridad a la hora de plantear las cosas”, reflexionó el político en diálogo con Carlos Mateu, en el programa  “Lo que queda del tiempo”.

“Alberto profundizó dos grandes ejes que venía trayendo el Gobierno. Uno, el de la asistencia del Estado que había comenzado con anterioridad a la pandemia, pero que se tuvo que acentuar con la pandemia. Una asistencia estatal que nunca va a ser suficiente porque, indudablemente, en un país tan agobiado como el nuestro nunca alcanza lo que el Estado pueda hacer. Pero es un Estado que se nota que está al lado y comprende al que sufre; que se pone en la carne del que sufre, ya sea una familia con muchas carencias o sea una empresa que no podría sobrevivir si el Estado no le hubiera pagado parte de los salarios de su personal”, sostuvo.

“Y el otro gran eje –continuó- un acuerdo digno por la deuda. Una deuda indigna contraída por quienes podrían ser considerados como delincuentes, si la querella criminal así lo determina. Que lo único que hizo fue quitarle cientos de miles de millones de dólares al país sin compensarlo con una escuela, una ruta, un vacunatorio, con nada. Sólo sirvió para ensanchar los bolsillos de los jugadores y  los endeudadores. Una deuda que va a haber que afrontar pero sin que eso implique un ajuste como históricamente ha pasado con otros gobiernos”.

Consideró que el discurso no marca un antes y un después para los argentinos. “No sé si es un punto de inflexión en el sentido de un antes y un después, porque el presidente tiene un estilo y yo creo que no lo vamos a sacar de ese tono y modalidad. Y probablemente en unos días pueda hacer un discurso menos duro, pero porque así es su personalidad y manera de encarar”, consideró.

“No sería bueno pretender que el presidente sea diferente de como es. Lo que sí creo es que él siempre aclara que  trata de dialogar, escuchar, pero que finalmente toma las decisiones”, dijo.

“El tono del presidente tiene que ver con la personalidad, pero lo importante tiene que ver con el rumbo de la política”, completó.