COLUMNA DE OPINIÓN MENDOZA

El caso Maldonado y la politiquería

Debiéramos comenzar por diferenciar política de politiquería. La política, sabido es, representa el esfuerzo dirigido al interés general. Es direccionamiento de distintas acciones en favor de los demás. En definitiva, tiene una misión noble más allá que se desvirtúe con más frecuencia que la aceptable.

La politiquería es injerencia en la política con propósitos turbios para beneficio sectorial o personal. Es aprovechar el posicionamiento público usando bajezas, intrigas, maniobras y oportunismo.

Santiago Maldonado es un joven que desapareció el primer día de éste agosto que se va, cuando participaba de una protesta mapuche en la Ruta 40, jurisdicción de la provincia de Chubut.

Denuncias no formalizadas apuntaron a Gendarmería. Hasta ahora, no hay pruebas que lo certifiquen. Otras, tampoco concretadas, citaron haberlo visto en diversos lugares, incluso aquí, en San Rafael, más concretamente en Monte Comán.

El 16 de agosto, la propia Ministra de Seguridad de la Nación presentó un informe ante la Comisión de Seguridad Interior del Senado de la Nación y diversas protestas hicieron sentir preocupación y descontento. Muchas fueron genuinas; otras, especulación pura. Como fuere todos ejercieron el derecho constitucional de expresarse y peticionar.

Otra cosa es lo que sucedió en las últimas horas. Por un lado, docentes imponiendo en las aulas el tratamiento de la desaparición de Maldonado. No corresponde. No tiene consenso de los padres al punto que crece el rechazo bajo el hashtag Con Mis Hijos No que se multiplica en Twitter en oposición a la iniciativa de CTERA.

Por otra parte, políticos en campaña (si aplicamos el razonamiento anterior, politiqueros) hablan de Desaparición Forzada. No existe toda vez que no está demostrado que el estado encubra y, además, es una barbaridad que hagan comparaciones con la dictadura. Los dichos llaman la atención; los vierten los mismos que, cual su costumbre, miraron para otro lado e hicieron poco cuando, en 2006, ya hace casi 11 años, desapareció Jorge Julio López tras declarar en uno de los juicios de Lesa Humanidad.

Desatinos al margen, lo que importa es que Santiago Maldonado aparezca y aparezca con vida.

Por Roberto A. Bravo