La Patagonia, una región rica en historia y tradiciones, ha sido testigo de la colonización y el desarrollo de la ganadería ovina a lo largo de los años. En una entrevista exclusiva, tuvimos la oportunidad de conversar con Martín, propietario de un emprendimiento que fabrica mantas de pura lana en la Tierra del Fuego, el extremo sur del mundo. Martín nos reveló la fascinante historia detrás de su emprendimiento y cómo ha logrado darle un valor agregado a la lana patagónica.

El proyecto de Martín nació a partir de charlas entre productores ovinos, quienes buscaban formas de agregar valor a la lana local y mostrar al mundo la calidad de la materia prima. La lana de la Patagonia, reconocida mundialmente, posee una genética excepcional y es muy apreciada en el mercado internacional. Sin embargo, gran parte de la lana se exporta sin ser procesada en productos terminados.

Martín se inspiró en un proyecto similar que descubrió en una revista estadounidense y decidió contactar a los productores para aprender de su experiencia. Impulsado por su pasión y el potencial que veía en la lana patagónica, Martín decidió embarcarse en la fabricación de mantas de pura lana.

En la actualidad, el emprendimiento de Martín se enfoca en el último eslabón de la cadena de valor. Él adquiere lanas ya lavadas, peinadas y cardadas, conocidas como "tops", provenientes de la Patagonia. Luego, estas lanas son hiladas de acuerdo con sus especificaciones en otra empresa. Finalmente, en su taller, Martín y su equipo tejen las mantas con el hilado obtenido.

Aunque Martín sueña con poder abarcar todos los procesos de la cadena de valor, desde el lavado y el hilado hasta la confección de las mantas, actualmente se enfoca en la etapa final. Su objetivo es lograr la autosuficiencia en todos los aspectos y demostrar que la Patagonia puede producir productos finales de alta calidad utilizando su propia materia prima.