Mirna Florentín, fundadora del comedor Amigos del padre Pepe en la Villa 21-24 describió la urgencia por falta de alimentos en el lugar, y la necesidad que tuvieron de acudir a la justicia para que el gobierno porteño de respuestas a los reclamos. “Veníamos denunciando que la gente necesitaba comida. Hicimos un reclamo administrativo al gobierno de la ciudad y nadie leyó la nota. Vino cuatro meses después una subsecretaria, que no sabía que el comedor asistía a enfermos, ni que teníamos 300 personas a cargo”, introdujo.

A su vez Florentín se refirió a las carencias básicas que hay en la villa 21-24 y de las cuales no obtienen respuesta por parte del gobierno porteño. "Tenemos más de 500 contagios en la villa, y no sabemos qué va a pasar con nosotros. En el espacio del comedor, estamos atendiendo de la puerta para afuera. No sabemos cómo hacer las cuestiones del cuidado personal para no contagiarnos. Aquí somos una copia de la Villa 31, hay horas en que no sale el agua. El otro problema es la energía eléctrica, el otro día se cortó cinco veces la luz", agregó.