por carlos ares rusia 2018

Cuaderno de Bitácora - Día 12

Rusia 2018.

Día 12.

La resaca del día en que saltó a la fama continúa. El negro Romero durmió y bajó a desayunar con los anteojos negros puestos. Como cada mañana, yo aprovecho el primer café del día para hablar de trabajo con el mientras Urtasun va una y otra vez a servirse chorizos en salsa, yogur, pan, huevos revueltos,salame, queso, huevo duro, café , escones, masitas y té verde, en ese orden. Él te verde es porque dice que se está cuidando. Note que Romero callaba. Le pregunté: ¿te sentís mal?. "No puedo hablar con vos" , me dijo. ¿Por? "No voy a dar entrevistas". Bien, Negro, pensé. Veo que ya se te pasó. Estas de joda. ¡¿A mí no me vas a dar una exclusiva, a mí que aguanto casi despierto todas las historias de Santa Eufemia, las del intendente, el carnicero, los chismes que se corren, a mí que rebanco tu estilo como relator y tú vozarrón cantando los goles, a mí me haces esto?! Tal vez, pensó.

Parecía que pensaba. De pronto, como si tuviera que llenar en la previa de un partido, dijo: " Te valoro como compañero en este arduo trabajo de llevar al contexto de la patria el sentimiento engarzado en los colores de nuestros representantes en el arte del balompié, pero no puedo dejar de observar, de comprender, de atender, de vislumbrar, que, además, sos periodista y que he decidido, sostenido, inducido, conducido a mi emoción para que sostenga, retenga, contenga, obtenga un no por respuesta , porque he prometido, sugerido, respondido, expedido a otros colegas, colaboradores, compañeros y amigos que, aún con el inmenso cariño, el amor, el respeto, la idolatría, la veneración que les tengo, no hablaría con la prensa escrita, radial, televisiva, ni tampoco con aquella que se sostiene en cualquier otra plataforma multimedia y en redes sociales para no ser nuevamente objeto del trópico de tuiter".

Fue a servirse un vasito de ensalada de frutas y volvió. ¿Vas a comer algo más?, pregunté. "No", dijo, seco. ¿Por?. " Me tengo que cuidar". ¿De qué? "La tele engorda".
Me tire hacia atrás en la silla. Levante el pulgar , estire el índice, cerré los otros tres dedos y me pegue un tiro en la boca. No sería el único del día. Tampoco la primera y ultima vez que me iría, molesto, en este mismo día. Tenía un par de horas libres y decidi dar una vuelta por la cuidad. Llegamos de noche, muy cansados. No había visto nada. El hotel queda alejado del centro , en un terreno amplio y arbolado. Es del tipo monobloc, grande pero no muy moderno. Se ofrece en dos alas, una de tres estrellas para "bisnes" y de cuatro si queres "premium". Pregúntame quienes quedaron del lado berreta. Romero y yo. En este sector , el hotel tiene unas quinientas habitaciones por piso en interminables pasillos. La nuestra es la última de uno de esos pasillos. Todo chico. La habitación, el baño, el guardarropa . Es para el "bisnes" de una pyme modesta como la nuestra.

Me gustó "nishni-no-gordo-no". Más abierta y espaciada, más baja, menos monumental, más europea, menos sovietica. Con sus puentes sobre el Volga y el Oka, tiene algo de Praga. Resistieron los bombardeos alemanes. Aquí nació y escribió Máximo Gorky. Así se llamaba antes, Gorky. El teleférico es un transporte público. Cruza el río. Desde arriba, con esas vistas de postal todo parece perfecto y posible. El estadio, también cercano al río, es nuevo. Se ve imponente, rodeado por las columnas que sostienen el techo celeste y azul. El arquitecto tomo como referencia "el viento y el agua " , los dos elementos que resumen el clima de la región. El viento no para de soplar fuerte. Esta mañana se largó un chaparrón intenso. Cuentan que hace diez días las lluvias torrenciales inundaron la ciudad. En una de las calles principales me encontré con hinchas argentinos y croatas. Negociaban canje de entradas para octavos. Uno de ellos (foto) de peluca a lo "Marcelo", el defensor de Brasil, se colgó una víbora del cuello y sostuvo dos lechuzas en los brazos . Los amigos no estaban seguros si eso serviría como cábala o no. Por las dudas, le hacían cuernitos.
Llegué temprano al estadio. Recorrí los vestuarios, los pasillos interiores, salí al campo de juego y finalmente subí hasta la posición desde donde transmitiremos el partido. Está en la segunda bandeja, sector 204, al centro. Un poco alto y algo lejos. Pero se ve muy bien. A las seis de la tarde era la conferencia de prensa de Sampaoli. Y fue ahí cuando, otra vez, me levante y me fui, molesto.
Espero que se note que sigo caliente. Cuando Sampaoli respondía ya la cuarta o quinta pregunta salí del salón, agachado para no arruinar la imagen que tomaban los camarógrafos. No soportaba más. Ni a Sampaoli, ni los centros que le tiraban algunos periodistas a los que solo les falta agradecer que les hable, ni el procedimiento para designar a quién le dan el micrófono. En la conferencia de prensa antes de Islandia me resultó sospechoso. Sentado en primera fila, alce la mano como diez veces - el negro Romero, que estaba a mi lado, sabe que fue así - y el coordinador de la conferencia de prensa, un empleado de FIFA que señala a quien le deben acercar el micrófono me ignoraba, se hacía el boludo, me pasaba de largo con la mirada. Hay un acuerdo previo para darle micrófono a los periodistas "amigos" que no van a molestar con sus preguntas y a un par de elegidos porque representan a influyentes cadenas nacionales o internacionales de televisión con las que importa llevarse bien. Con eso, más dos preguntas de periodistas de medios extranjeros, gracias Sampaoli por cumplir y se terminó
Ya en esta, antes de Croacia, si entraba otra vez en el juego, el boludo hubiera sido yo .
Apunte al margen : se ve que el boludo que programó la predicción de palabras no tenía registro de " boludo" porque cada vez que escribo " boludo" me la reemplaza por "bólido", una versión anterior, de un tiempo más inocente. Se la voy a recordar al negro Romero para que decore aún más el relato con expresiones del tipo "¡ qué bólido, que chambón ese guardameta que deja escapar así el esférico" . Un pelotudo el que programa. ¿Cómo no va a tener en cuenta "boludo" y me obliga a reescribirla tantas veces? ¡Y ahora me corrige "pelotudo" como "pelo rudo" !
La calentura me lleva. Ya de salida, escucho que Sampaoli termina una frase así: "...se trata de establecer una búsqueda sobre esa posibilidad" . Afuera , al aire libre, sentado en una butaca, mirando el estadio vacío, estiro el dedo índice, levantó el pulgar y esta vez me pego el tiro simbólico en las bolas para evitar la rutina. Me propongo contar con hechos y sensaciones el fastidio en que te deja una conferencia de prensa de Sampaoli. Por ahí, en un mano a mano, conversando, hablando de fútbol por placer, sin obligación de versear, ni de justificar porqué pone a este o al otro, el tipo te la sube con una explicación que te deslumbra. Puede ser. Algún mérito debe tener para que le garpen toda la que se lleva de acá y antes del Sevilla y antes de la selección chilena. Pero en las ruedas de prensa no veo que resuelva de primera, a un toque inteligente , que filtre una idea sencilla y clara, que tire algo de valor. A mí, que quieren que les diga, me la baja.
Solo, ahí, mirando el estadio vacío, la cancha, el pastito verde, impecable, cerré los ojos y yo, que no creo ni en mi, me mire las manos apretadas y murmuré una oración futbolera a la que recurro cuando estoy desesperado. La estrené antes del partido con Ecuador. Dice así, recen conmigo: "San Paoli nuestro que estás en el banco, santificado sea el Messias, los apóstoles que toquen con él marquen en el medio, suban por los laterales y caminen por las piedras en los centros cruzados, cuídanos de los contraataques, de la pelota parada, perdónalo a Higuaín así como nosotros perdonamos a Di María, más líbranos de Fantino y de todos los miserables que desean la derrota para que el resultado les de la razón.