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Capítulo 9: Wolfgang Amadeus Mozart (parte 2)

En marzo de 1781, Wolfgang Amadeus Mozart viajó a la capital austriaca para acompañar a su patrón, el arzobispo Colloredo de Salzburgo, a las celebraciones de coronación de José II de Habsburgo. Sin embargo, debido al menosprecio de Colloredo hacia su persona, el joven compositor finalmente renunció a su puesto e inició una carrera independiente en Viena. Allí se consolidó como un sobresaliente interprete de teclado y, ya en 1782, se destacó en el plano compositivo con el estreno del singspiel El rapto en el serallo, el cual obtuvo un rotundo éxito, pese a que el italiano era el idioma que dominaba la ópera vienesa. Recordemos que el singspiel era un género operístico alemán, en el que se empleaban diálogos hablados para unir arias, coros y ensambles. Según le manifestó Wolfgang a su padre en una carta, las palabras debían estar escritas en función de la música y no para el propio lucimiento de los intérpretes. El rapto en el serrallo no necesariamente representó una revolución ni una ruptura total con la ópera italiana, pero sí marcó el inicio de un período de madurez en Mozart que le posibilitó poner en práctica sus ideas acerca de la relación entre música y palabra, con el adecuado tratamiento del idioma alemán. Sin este paso cuesta imaginarse creaciones futuras como Las bodas de figaro y Don Giovanni, escritas en italiano pero opuestas a lo que se esperaba de la ópera en ese idioma. A continuación, el final de El rapto en el serallo, en una puesta del Teatro Maggio Musicale Fiorentino del 2002.

 

En cuanto a los lazos que Mozart estableció en Viena, cabe recordar que Wolfgang había conocido previamente a Joseph Haydn, y que una vez instalado en la capital austríaca, ambos tocaron juntos en diversas oportunidades. Entre 1782 y 1785, Mozart escribió seis cuartetos para cuerdas dedicados a su amigo (la elección de esta forma musical pudo haberse debido a que Haydn era considerado el padre del cuarteto para cuerdas). Nuestra propuesta es escuchar el primero de ellos, conocido como el Cuarteto de la primavera, en la grabación del Cuarteto Cleveland.

 

En lo que refiere a su producción concertante, durante la década de 1780 Wolfgang compuso en Viena diecisiete conciertos para piano y orquesta, ideados en primera instancia como repertorio de sus propios conciertos públicos. Los tres primeros que escribió en Viena fueron los actualmente catalogados como Nº11, Nº12 y Nº13. En una carta fechada el 28 de diciembre de 1782, Mozart le relató a su padre: “Estos conciertos son un feliz medio entre lo que es demasiado fácil y demasiado difícil; son muy brillantes, agradables al oído, y naturales, sin ser insípidos. Hay pasajes aquí y allí de los que únicamente los entendidos pueden obtener satisfacción; pero estos pasajes están escritos de forma que el oyente común los encontrará satisfactorios también, aunque sin saber por qué...”. En cuanto a la estructura, estos conciertos siguen el esquema clásico de tres movimientos: el primero rápido, el segundo lento, y el tercero nuevamente rápido. En cuanto a la forma, los primeros movimientos siempre están compuestos en forma bitemática tripartita o forma sonata, el segundo movimiento en forma sonata abreviada, mientras que el tercero suele ser un rondó. Compartimos el Concierto para piano y orquesta Nº11, escrito en el otoño europeo de 1782. La grabación corresponde al pianista Murray Perahia y la Orquesta de Cámara de Inglaterra.

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CAPÍTULO 8