CULTURA ENTRE RÍOS

Azucena Salpeter: "El feminismo siempre estuvo presente en mi vida"

Azucena Salpeter es médica, poeta, narradora y pintora. Nació en Formosa en 1942 y desde 1958 vive en La Plata. Por estos días, está presentando Gringa formoseña, su libro publicado por Ediciones en Danza. En conversación con Radio Cuaderno, de Radio Nacional Gualeguaychú, Azucena Salpeter repasó algunos momentos de su vida y su recorrido artístico. “La poesía no es nada solemne. La vida diaria que llevamos debe enriquecer a la poesía. Me crié entre autos porque a mi papá le encantaban los autos y yo lo ayudaba a cambiar las ruedas, por eso será que hasta el día de hoy escribo tanto sobre los autos”, dijo Azucena Salpeter y contó que la infancia es uno de los temas que permanece en su obra a través de los años. “La infancia es una lucecita que no se apaga. Aunque seas vieja, tenés esas cosas de la infancia adentro. Yo hago travesuras todavía y después digo, ¡uy, qué macana me mandé!”, contó Azucena Salpeter y agregó: “El humor ayuda mucho, en la poesía y en la vida. No se puede vivir llorando”.

En los poemas de Gringa formoseña aparecen personajes como Wisława Szymborska, Olga Orozco, Manuel Puig, John Lennon y Janis Joplin: “Me divierto mucho. Imagino esos personajes y los invito a mi fiesta. Es una urdimbre, no es una obra. Esa obra tiene hilos de todos lados, infinitos hilos, el vecino, un día que pasaste en el campo, miles de hilos que se van tejiendo dentro de la cabeza y todo eso hace el poema”.

“Lo personal es político” escribió Azucena Salpeter en uno de los poemas de Gringa formoseña. En esta nota, la escritora contó la importancia del feminismo en su vida, se refirió a su experiencia como médica obstetra y a la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. “La legalización del aborto se tenía que dar. Quien ha visto morir a una mujer por un aborto séptico no puede no apoyar el aborto legal. No sabés lo terrible que es no poder hacer nada y que la mujer se muera séptica total”, dijo Salpeter, quien también es autora de El pescador de sombras (Sello de Honor de la SADE, 1979), Y el cielo sonrió (1989), Las puertas del cielo (Premio bienal profesor Dr. Pedro Laín Entralgo, 1996) y la novela La mitad del cielo (Premio Mercosur, 1998).