Giuliana Lescano creció en el barrio San Agustín de la ciudad de Santa Fe pero vive en Rosario desde hace ya varios años. Ahora trabaja desde hace más de un mes en la Fábrica Militar Fray Luis Beltrán para hacer efectivo el cupo laboral trans en ese organismo dependiente del Ministerio de Defensa de la Nación.

“Se hacen varias producciones para las fuerzas de seguridad de la provincia y del país”, comenzó explicando Giuliana, de 47 años, en diálogo con “Nacionalmente”. Y agregó: “elaboramos armas 9 mm, balas y la confección de chalecos antibalas”, donde ella y su compañera Karen Onzari se desempeñan.

Contó que su historia quizá difiera de las de cientas de miles de “chicas transgénero porque nunca ejercí ni me sentí capacitada para ejercer la prostitución. Entonces trabajé de todo, desde los 7 años, arrancando por la cosecha de algodón en Chaco, después en la recolección de frutillas en Coronda, después en San Juan, Mendoza, siempre con trabajos `golondrina´”.

No obstante, afirmó que sí sufrió “mucha violencia y mucha discriminación” hasta que en 2013 comenzó a capacitarse en distintos emprendimientos.

Lescano aseveró que con este nuevo trabajo, junto a su compañera Onzari, “es mejor no sólo que lo que aspirábamos sino mejor de lo que soñábamos. Un sueldo digno, con aguinaldo, vacaciones, que nos permita comprarnos las zapatillas que necesitamos, la comida”, ejemplificó.