EL ANÁLISIS DE SERGIO TAGLE

A 18 años del Robo del Siglo

Robar ¿está mal? Si la respuesta proviene del derecho positivo sí está mal.

El robo está tipificado como delito por el Código Penal.

Desde un punto de vista moral ¿robar está mal? Pierre Proudhon, anarquista francés, decía que “la propiedad es robo”. Pero la propiedad que es resultado del trabajo es legítima. A este consenso llegan los filósofos más conocidos. Desde John Locke, liberal inglés, hasta Marx. A esto lo dijimos la semana pasada cuando hablamos de la libertad según la filosofía de la modernidad.

Y en esta época no conviene romantizar el robo porque hoy el delito no tiene códigos.

Se roba propiedades legítimas: un celular. Se roba en salideras a jubilados que acaban de sacar su jubilación del cajero automático. Y además, con violencia. Desde una perspectiva moral, este tipo de robos también están mal.

¿Qué pasa con robar un banco?

Bertold Brecht, dramaturgo y poeta alemán, dijo, o se le atribuye haber dicho, que “robar un banco es delito pero más delito es fundarlo”.

Aprovecho la fecha nomás para hacer estas preguntas.

En estos días de enero del 2006 se produjo el robo al banco Río de Acassuso, provincia de Buenos Aires.  El Robo del Siglo. Así fue considerado en su momento y así se llamó la película dirigida por Ariel Winograd, protagonizada entre otros por Diego Peretti, Guillermo Francella, Pablo Rago, Luis Luque. Antes de la película fue llamado El robo del siglo por  banqueros, policías y por la historia del delito en la Argentina, por la cantidad de plata, dólares, joyas, y por los métodos utilizados.

Los métodos no fueron las armas ni la violencia sino la inteligencia. Inteligencia para planificar y ejecutar un plan que requirió de saberes en arquitectura, en ingeniería, en planificación. Inteligencia política. Ante esta inteligencia, la policía no tuvo nada que hacer.

El robo fue sin disparar un solo tiro. Sin armas reales. Con absoluto respeto hacia los rehenes. La clave del éxito, dije, no fue la violencia sino la brillantez, la genialidad del plan y también una correcta caracterización del momento político. En ese momento, 2006, El banco era la institución más impopular, socialmente más repudiada. La memoria del corralito, 2001, estaba fresca. Recuerdo: el corralito fue el modo a través del cual los bancos robaron los depósitos de gente común. Uno de los integrantes de la banda dijo, precisamente, “el verdadero robo del siglo fue el del corralito”.

La policía venía de la “Masacre de Ramallo”, una masacre de asaltantes y rehenes en el intento de robo de una sucursal del Banco Nación, en 1999. Por estos tres motivos: corralito, masacre de Ramallo y métodos (sin violencia) el robo al Banco Río de Acassuso concitó mucha simpatía social. Por un momento los “buenos” fueron los ladrones y los “malos” fueron el banco y la policía. La gente los felicitaba, celebraba el robo ante móviles de televisión.

Por lo menos un integrante de la banda, Fernando Araujo, personificado en la película por Diego Peretti, tenía intenciones estéticas para robar el banco. Araujo es un ladrón con estudios universitarios, lector de filosofía oriental y poesía surrealista, recitaba a Paul Éluard en medio de una discusión con sus cómplices. Y argumentó el robo como una “intervención artística”. A Fernando Araujo no le importaba tanto el dinero. No tenía necesidades económicas urgentes. Su idea, su deseo, era dejar una marca realizando su obra maestra. Y lo logró.

También al placer respondió el cartel que les dejó. Cuando la policía logró entrar al banco, se encontró con un papel que decía esto: “En barrio de ricachones, sin armas ni rencores, es sólo plata y no amores”.

El 14 de enero del 2006 se produjo el robo al Banco Rio de Acassuso, el robo del siglo.

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