El médico tocoginecólogo de Tucumán que realizó la intervención a la nena violada, José Gigena, dialogó con el equipo de Va de Vuelta y relató cómo fue el procedimiento para realizar la interrupción legal del embarazo de la niña. Dijo que en el hospital "todo el personal se declaró objetor de conciencia" y que "no nos querían asistir"; reveló que fue amenazado de muerte antes de realizar la cesárea.

"Me llamaron al mediodía para tratar de armar un equipo para hacer frente a la interrupción legal del embarazo de esta niña. A mi me convocan a las 9 de la noche de ayer para informarme que se había determinado proceder con la interrupción del embarazo", explicó el médico, quien fue convocado por el ministerio de Salud de la provincia luego de que su mujer, que habló por Nacional con el equipo de Plato Fuerte, se negara a realizar el procedimiento por ser objetora de conciencia.

"La nena se sonrió cuando estaba abandonando el quirófano; supongo que hace tiempo que no lo hacía. La mamá nos agradeció lo que hicimos"

Al ser consultado por la situación con la que se encontró, Gigena fue contundente: "Me encontré con una de las escenas más tristes que uno puede encontrarse. Al abrir la puerta, hay una nenita del tamaño de una nena de 11 años, sentada en la cama, jugando con unos juguetitos. Cuando entramos le dijo a su mamá 'no me abandones'".

Y continuó: "La nena estaba abrazada a su mamá. Le explicamos que íbamos a finalizar el proceso de tortura que había empezado mucho antes de su embarazo, porque debió haber sido abusada en reiteradas ocasiones por la pareja de su abuela" Una vez en el quirófano, Gigena dijo que "todo el personal se declaró objetor de conciencia y no nos querían asistir".

"Estamos convencidos de que esto tiene que cambiar, la provincia tiene que adherir a la Ley de Salud Sexual y Reproductiva. Se tiene que integrar la educación sexual en todas las escuelas de Tucumán porque esto no puede ocurrir", sostuvo.