CARNE DE CERDO Mendoza

El boom argentino recien comienza

Cuando se dijo que la carne de cerdo mejoraba "la actividad sexual", el consumo en la Argentina era de 8 kilos por habitante y se producían 280.000 toneladas de res con hueso.

Eso fue hace exactamente ocho años, un 27 de enero de 2010, cuando el gobierno quería aumentar el consumo decía que era "mucho más gratificante comerse un cerdito a la parrilla que tomar viagra".

Desde entonces, la producción de carne porcina se duplicó y el consumo creció un 75%, hasta alcanzar los 14 kilos por persona en 2017, un 9% más que el año anterior. También aumentó el comercio exterior, pasando de exportaciones por US$ 7 millones en 2010 a US$ 18 millones en 2017; con importaciones que bajaron de US$ 133 millones a US$ 115 millones, en ese mismo período de tiempo.

El Gobierno de Mauricio Macri destacó el incremento en las ventas al exterior de "carne y subproductos porcinos" durante el último año, con un incremento del 56% en las exportaciones, hasta alcanzar las 3.600 toneladas de res con hueso, principalmente a Rusia y Vietnam.

"El aumento de las exportaciones de cerdo da cuenta del crecimiento que experimenta el sector", dijo a Clarín el ministro de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere. "A través de la Mesa de Exportaciones Porcinas definimos avanzar con países de Latinoamérica y Singapur en un corto plazo, a la vez que apuntamos a la apertura de China como un mercado estratégico y de gran importancia. Desde Agroindustria buscamos el equilibrio entre la oferta interna y lo que podemos ofrecer al mundo", agregó Etchevehere. La Argentina es un país que produce gran cantidad de carne de cerdo.

Pero también importa alrededor del 5% de su consumo. Y esa es una de las principales preocupaciones del sector, ya que casi se triplicaron las importaciones en los últimos dos años. Es que la Argentina importó 12.000 toneladas de carne porcina en 2015, por valor de US$ 38 millones; frente a las 37.000 toneladas, por US$ 115 millones, de 2017.

El principal proveedor para el país es Brasil, seguido por Dinamarca, España y Canadá. A ese listado habrá que agregar a los Estados Unidos, ya que el Gobierno abrió hace pocos meses las importaciones desde ese país, a partir de una gestión de su vicepresidente, Mike Pence.

En el Gobierno no consideran que las importaciones representen un riesgo para la producción nacional, que en 2017 superó las seis millones de cabezas faenadas y creció un 8,4% respecto al año anterior.

Es que en 2015 la producción era de 484.000 toneladas anuales y en 2017 fue de 566.000 toneladas. Ese aumento se dio en simultáneo con un incremento en el comercio exterior.

Según un informe de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro), la Argentina ya tiene más de 100.000 unidades productivas, con un stock de 5,1 millones de cabezas y 962.000 cerdas madres (base de la producción), que se concentran en las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos.

"Del total de productos cárnicos consumidos por la población del país (124 kilos al año por habitante)", el de cerdo es uno de los menores, pero es la que mayor crecimiento viene teniendo, superando el 10% anual promedio en los últimos cinco años, mientras que las principales carnes mantuvieron sus niveles de consumo", señaló el informe de Coninagro.

La expectativa del sector es tener un crecimiento del 6% en la producción y seguir incrementando el consumo interno y el comercio exterior.