En un compacto dice que la Sinfonía Grande de Franz Schubert es la número 8 y en otro está señalada como novena. El asunto no es complicado pero es extraño. Recordemos que Schubert nació en 1797 y falleció, a los 31, en 1828. En ese escaso tiempo, alcanzó a escribir un corpus de casi un millar de obras. Dentro de esa gigantesca creación, están sus nueve sinfonías, por lo demás, ninguna de ellas estrenadas en vida del compositor. La primera sinfonía, en Re mayor, es de 1813, es decir cuando Franz tenía 16 años. Y la última, esa “Grande” a la que nos referíamos, finalizada en 1828, el año de su muerte, pero comenzada, aparentemente, en 1825. El asunto de los descalabros numéricos tiene su origen en la séptima sinfonía, escrita en agosto de 1821 y cuyo manuscrito se perdió. Por lo tanto, están los que respetan el orden original y la Grande es la novena y están aquellos que hacen caso omiso de la sinfonía perdida y, por lo tanto, le ponen a la Grande el número 8. De una u otra manera, como octava o como novena, en lo que no hay discusión es que la Grande es, efectivamente, una sinfonía notable, importante, distinguida, colosal, insigne, ilustre, superior o, propiamente, grande.