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Francisco llega a Timor Oriental y clama contra los abusos de menores

El papa Francisco llegó hoy a Timor Oriental y pidió actuar con responsabilidad para prevenir abusos de menores, al inicio de una visita de tres días a este pequeño país de Asia mayoritariamente católico donde hace unos años se conoció un sonado caso de pederastia protagonizado por un obispo y premio Nobel.

Fieles católicos acudieron en masa para ver a Jorge Bergoglio, en su viaje de tres días a la nación más joven de Asia, peregrinando desde ciudades lejanas y cruzando la frontera con Indonesia.

Decenas de miles de personas se alinearon en las calles de la capital, Dili, agitando banderas con los colores blanco y amarillo del Vaticano, mientras el pontífice de 87 años era conducido por las calles, flanqueado por miembros de seguridad.

El Papa se mostró animado tras aterrizar procedente de Papúa Nueva Guinea para la tercera escala de una agotadora gira de 11 días por Asia-Pacífico, saludando y sonriendo a una multitud de devotos que intentaban verle.

Se preveía que el Papa argentino abordara la delicada cuestión de los escándalos de pederastia dentro de la Iglesia, luego de que el obispo Carlos Belo, ganador del Nobel de la Paz en 1996 por su trabajo por la independencia de Timor Oriental, fuera sancionado en 2020 por el Vaticano, acusado de haber abusado sexualmente de menores durante una veintena de años.

Organizaciones habían pedido a Francisco que se pronunciara sobre el tema, ya que su agenda oficial no incluía ningún encuentro con víctimas.

Su primer acto fue la reunión con el presidente timorense, José Ramos-Horta, y el discurso a las autoridades en el palacio presidencial, en el que, aunque sin citar a la Iglesia católica, no quiso olvidar "a los tantos niños y adolescentes heridos en su dignidad".

"Este fenómeno está aflorando en todo el mundo y todos estamos llamados a actuar con responsabilidad para prevenir todo tipo de abuso y garantizar un crecimiento sereno a los jóvenes", agregó, informó la agencia de noticias Europa Press.

En el resto del discurso, recordó el doloroso y reciente pasado que llevó al país a su independencia y afirmó que "a pesar que atravesar un período tan dramático de su historia, no perdieron la esperanza, y también porque, después de días oscuros y difíciles, finalmente ha despuntado un amanecer de paz y libertad".

Y deseó que el ejemplo de este país pueda servir "también en otras situaciones de conflicto, en distintas partes del mundo, para que prevalezca el deseo de paz y de purificación de la memoria, para sanar las heridas, y combatir el odio con la reconciliación y la confrontación con la colaboración".

Entre los retos actuales del país entre los más pobres del mundo, Francisco citó «el fenómeno de la emigración, que constituye siempre un indicador de un insuficiente o inadecuado uso de los recursos, así como de la dificultad de ofrecer a todos un empleo que produzca un beneficio justo y que garantice a las familias los ingresos que correspondan a sus necesidades básicas».

Así como también condenó «el abuso en el consumo de alcohol entre los jóvenes y su incorporación a las bandas que, envalentonadas por su conocimiento de las artes marciales, en lugar de utilizarlo al servicio de los indefensos, se aprovechan de él para exhibir el poder efímero y dañino de la violencia».

Timor Oriental, independiente desde 2002, es un país mayoritariamente católico, vecino de Indonesia, nación con más musulmanes del mundo.

La historia del país más joven del sudeste asiático, una democracia incipiente de 1,3 millones de habitantes, estuvo marcada por siglos de colonización portuguesa, casi 25 años de ocupación indonesia (diciembre 1975-octubre 1999) y un referéndum de independencia respaldado por la ONU.

Francisco es el primer papa que visita el país, donde cerca del 98% de sus habitantes son católicos.

El país se independizó formalmente el 20 de mayo de 2002, saliendo de una brutal ocupación indonesia que dejó más de 200.000 muertos.

La travesía del Papa culminará el 13 de septiembre en Singapur, la cosmopolita ciudad-Estado visitada hace 38 años por Juan Pablo II donde solo un 8% de la población se declara católica.