Relevamiento del INTA PANORAMA NACIONAL

Comparsas de esquila: un trabajo rural en constante movimiento y demanda

La esquila de ovinos en la Patagonia es una de las actividades rurales de mayor demanda de mano de obra. Patricia Chaina, periodista especializada en temas agropecuarios explicó en qué consiste y detalló las acciones que lleva adelante el Programa para el Mejoramiento de la Calidad de Lana y el INTA para optimizar los procesos de trabajo, garantizar la salud de las y los trabajadores y establecer protocolos de funcionamiento.

El empleo de esquila es considerado un trabajo calificado, de alta demanda física y estacional; se realiza de forma temporaria, con traslados constantes entre establecimientos y con una remuneración por animal esquilado.

La mejora de estos procesos de trabajo así como el relevamiento de los mismos es promovida por el Programa para el Mejoramiento de la Calidad de Lana (PROLANA), mediante capacitaciones y evaluaciones de desempeño.

Asimismo, para conocer indicadores de esta actividad, el INTA Bariloche lleva a cabo un estudio enfocado en las redes sociales que se establecen durante la zafra entre los productores agropecuarios y las comparsas de esquila de Río Negro.

Para ello se analizan los recorridos y cronogramas de esquila mediante la creación de mapas participativos en conjunto con las comparsas.

Además, esta información se combina con los datos productivos de los establecimientos, permitiendo comprender aspectos socio-productivos fundamentales de la zafra.

De acuerdo con Ezequiel González –profesional del Laboratorio de Fibras Textiles del INTA Bariloche–, evaluar el proceso de esquila de manera participativa y espacialmente explícita permite comprender aspectos fundamentales de su desarrollo en el territorio.

“Por ejemplo, la composición de las comparsas de esquila, el diseño de su hoja de ruta, los caminos que utilizan y área geográfica en la cual desarrollan su trabajo son elementos cruciales para comprender las fortalezas y limitantes del proceso de esquila en la región”.

Para González, es valioso conocer cómo las comparsas planifican su trabajo en base a la cantidad de establecimientos, la capacidad de trabajo, las distancias recorridas y las condiciones climáticas.

Estas cuestiones son claves para responder en tiempo y forma a la demanda de turnos de esquila, especialmente para realizar las esquilas antes de las pariciones, lo que resulta en lana de mejor calidad y mayor valor en el mercado.

La zafra lanera depende en gran parte de las comparsas de esquila, por lo que generar información sobre sus capacidades es vital para fortalecer este eslabón esencial de la cadena productiva ovina.

La contratación de mano de obra para esta tarea se realiza principalmente mediante grupos de trabajo denominados “comparsas de esquila” que, además, proveen la maquinaria y los implementos necesarios para la tarea (como máquinas con peine, tijeras manuales y prensadoras) y realizan el acondicionamiento y enfardado de la fibra.

 

 

La continuidad de la iniciativa fue establecida por el Ministerio de Economía a través de la resolución 1549/2023 . Patricia Chaina, periodista especializada en temas agropecuarios, explicó que el programa tiene como objetivo brindar una compensación económica para estimular la producción, desarrollo y el fortalecimiento de los pequeños y medianos productores patagónicos de lana ovina, y al cual se destinará una suma de hasta $ 3.000 millones.

 

Luego de la primera edición del programa, lanzada a principios de año con fondos del “dólar agro”, las provincias de Río Negro, Neuquén, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego pidieron su restablecimiento, ampliando el alcance y actualizando el monto del beneficio.

Uno de los fundamentos de la iniciativa fue la “caída progresiva de los precios internacionales de la lana”, recrudecida a partir de la pandemia de coronavirus.

Por otro lado, en el actual contexto inflacionario mundial, la demanda prioriza productos sintéticos de menor costo en lugar de los de lana, lo cual “agrava aún más la situación de muchos productores de baja y mediana escala”, quienes exportan la mayor parte de su producción, según señalan los considerandos.

Desde el lanzamiento de la primera edición, los precios internacionales de la lana no se recuperaron y, a ello, se le añadió “los efectos de la sequía que afectaron la región durante el verano y el otoño, y que continúan hasta la actualidad”.

En la nueva edición del programa se duplica el tope de cabezas registradas para acceder al programa de 5.000 cabezas a 10.000 cabezas.

La cantidad se calcula en base a lo registrado, al 31 de marzo último, en el Registro Nacional Sanitario de Productores Agropecuarios (Renspa) y que la Secretaría de Agricultura verificará tomando los datos del Sistema Informático de Gestión de Sanidad Animal (Sigsa) del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa).

El beneficio a recibir, en tanto, será de $ 850 por cabeza ovina esquilable en lugar de los $ 600 de la primera edición.

El máximo de compensación que podrá recibir cada productor será de $ 3.400.000, es decir un valor equivalente a 4.000 cabezas esquilables.

Como requisito los beneficiarios deberán contar con stock ovino en la actualidad y pertenecer a las provincias de Río Negro, Neuquén, Chubut, Santa Cruz, Tierra del Fuego o al partido de Patagones en la Provincia de Buenos Aires.

Tendrán tiempo para presentar la solicitud hasta el próximo 10 de diciembre con clave fiscal a través del servicio “Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca – Autogestión SAGyP” del sitio web de la AFIP (afip.gob.ar).

Panorama Nacional, lunes a viernes de 6.00 a 7.00.



Etiquetas: ,