RAE ARGENTINA AL MUNDO

El legado de Borges, en manos de los sobrinos de María Kodama

 

 

El escritor argentino Jorge Luis Borges es considerado un autor universal, controversial fronteras adentro de su país. Trascendió idiomas con sus textos en donde aborda con símbolos cuestiones como la condición humana, el origen del todo, el misterio de la vida.

Su obra es cuantiosa, traducida a más de 50 idiomas y de una vigencia única en obras como El Aleph, Historia Universal de la Infamia, y otras. De hecho, es uno de los autores extranjeros más leídos en China con ventas que ni siquiera las propias editoriales a cargo de las reediciones dan a conocer.

 

 

(…) soy desagradablemente sentimental pero cuando escribo trato de tener cierto pudor. Como escribo dentro de símbolos, nunca me confieso directamente, la gente piensa que esa álgebra corresponde a una frialdad. Pero no es así. Esa álgebra es una forma de pudor y de la emoción, desde luego (…)

 

 

Con su muerte, en Ginebra, en 1986, los derechos y administración de su obra pasaron a ser administrados por María Kodama, su esposa, quien falleció en marzo de este año en Buenos Aires. Fue una albacea de puño de fierro, que no solo era tenaz en el control de las traducciones y reimpresiones sino también en el seguimiento de todo homenaje o relecturas que se hicieran de la obra de Borges.

Conocida la muerte de Kodama, que tomó de sorpresa al mundo intelectual argentino, la pregunta surgió en torno a quién quedaría como responsable al frente de la Fundación Jorge Luis Borges, encargada a nivel internacional de gestionar el patrimonio intelectual y monetario del escritor. En su testamento, Kodama no había dejado ninguna instrucción en torno al tema.

Poco tiempo después, se conoció que la Justicia argentina reconoció como “herederos universales” de la obra de Borges, y patrimonio de Kodama, a los sobrinos de la mujer: “Mariana del Socorro Kodama y Massini, Martín Nicolás Kodama y Massini, María Victoria Kodama y Massini, Matías Kodama y Massini y María Belén Kodama y Massini”.

"Ellos heredan toda la obra de Borges y heredan todo el patrimonio cultural, físico, objetos y propiedad intelectual, absolutamente todo", explicó Federico Soto, abogado de María Kodama en su momento.

Uno de los proyectos más importantes de la fundación es la creación y mantenimiento de la “Biblioteca Borges”, una biblioteca virtual que contiene una amplia selección de textos, ensayos, entrevistas y otros materiales relacionados con el autor y su obra.

Este espacio digital permite a los investigadores, académicos y amantes de la literatura acceder a una gran cantidad de recursos y materiales relacionados con Borges, de forma libre y gratuita.

 

 

 

 

María Kodama siempre contaba que su primer contacto con Borges fue cuando a los cinco años leyó poemas del escritor. Después personalmente se conocieron cuando ella tenía 16 años, él 54 y ambos investigaban las lenguas sajonas antiguas.

Cierta vez, Borges tenía que ir a Estados Unidos y no había nadie disponible para acompañar a un hombre de 76 años y ciego. Ninguno de sus dos sobrinos podía viajar; tampoco estaban disponibles amigas cercanas. Entonces, Fani Úbeda, la histórica ama de llaves de Borges, hizo una propuesta de la que se arrepentiría: que al viaje fuera una de las alumnas de anglosajón del poeta, María Kodama. Así comenzó la relación que se extendería hasta la muerte de Borges.

 

 

 

(…) Yo diría que la vida con él fue una maravilla. Después de su muerte como sucede, supongo siempre, el despecho de las señoras, los señores que quieren ser Borges hicieron de mi vida una cosa bastante compleja. Pero creo que he sabido sobrellevarlo bastante bien, además con el apoyo de mis amigos, de España, de Francia, especialmente cuando Borges estaba enfermo (…)

Los viajes de Borges acompañado por Kodama continuaron en el primer lustro de los 80. Incluso compartieron el proyecto del libro Atlas, publicado en 1984, con breves textos de Borges sobre distintos lugares del mundo, con fotos de Kodama. Ya tenía 85 años y pasaba demasiado tiempo en los aviones.

En La Nación del 27 de diciembre de 1985, la escritora Sara Gallardo graficó la situación: "Es un dolor ver al gran argentino llevado y traído como un ostensorio". Para ese momento, Borges ya se había ido de la Argentina para no volver más. Poco antes de morir, se casaron en secreto de Fany, los amigos y familiares de Borges, mediante poderes, en Paraguay.

Al mismo tiempo, un grupo de abogados llegaba, en nombre de Kodama, a la casa familiar de Borges en el barrio de Recoleta, en Buenos Aires, para desalojar a la histórica ama de llaves. Hacía cinco décadas que trabajaba con la familia, acompañaba la ceguera del escritor.

Borges había testado en agosto de 1979, al cumplir 80 años. Sus bienes repartían, en partes iguales, entre Fanny Úbeda y Kodama. En el testamento del 85, Kodama pasaba a ser la heredera de todos los bienes. Fanny solamente recibiría 2500 australes, la nueva moneda creada en junio de ese año. Úbeda rechazó ese segundo testamento y fue a la Justicia, para perder en 1995.

 

 

 

(…) Quién puede conocerse más que un ciego, según la sentencia socrática. Un ciego es una persona mirada con simpatía por todos porque forzosamente tiene que pasar por horas de soledad. Pero para un escritor esto no es malo (...) Para la tarea del arte la ceguera no es del todo una desdicha (…) El ciego debe pensar que su desdicha no es una desdicha total y sobre todo si el ciego tiene alguna vocación artística, de algún modo ya está salvado. La ceguera es un don también (…)

Con la bomba que significó conocer el casamiento, el desalojo de Fanny y el cáncer terminal que se trataba en Ginebra, Norah Borges, la hermana del escritor, declaró a la prensa francesa: "La familia acepta esta maldición en silencio, hay algo diabólico en este matrimonio".

El 14 de junio, Borges murió a los 86 años y se consumó el último acto del drama: el entierro en el cementerio de Plainpalais en Ginebra. El 18, en una carta de lectores de La Nación, Norah dijo haberse enterado de la muerte por los diarios, víctima de "una enfermedad terrible que no sabíamos que tuviera". Además, subrayó la sorpresa por el entierro en Suiza, dado que "siempre quiso estar con los antepasados y con nuestra madre en la Recoleta".

Así como en los juegos de espejos y laberintos que él retrataba, Borges dejó la vida.

 

 

Producción: Silvana Avellaneda
Web: Julián Cortez