La autopsia que se efectuó sobre el cuerpo del soldado Pablo Córdoba, fallecido en circunstancias que no han quedado claras, confirmó que fueron dos los disparos que recibió en su cabeza la madrugada del 1 de junio mientras estaba de guardia en el Grupo de Artillería 16 de Zapala.

La familia de Córdoba se constituyó como querellante y su abogado, Maximiliano Opianessi, indicó que tendrán una línea investigativa propia, siguiendo la teoría de un homicidio, por la realización de diversas pericias.

Opianessi afirmó que el viernes pasado se tomaron las declaraciones testimoniales al personal de guardia al momento del suceso y que de ellos se desprenden algunas contradicciones.

Según el abogado, la persona que halló al soldado gravemente herido indicó que el fusil se encontraba a metro y medio del cuerpo mientras que otras dos declaraciones aseguraron que el arma estaba encima del cuerpo de Córdoba, quien falleció pocos minutos después en el hospital de Zapala.

Además confirmó que solicitarán la declaración testimonial de otros testigos y autoridades del Grupo de Artillería.