El pueblo jujeño continúa en alerta en rechazo a la Constitución votada y jurada en la madrugada del feriado del 20 de junio. Son 15 los cortes de ruta que permanecen y cada vez son más las voces que se alzan contra el gobierno de Morales.
“Se vive un clima de resistencia sin merma alguna en las protestas”, dijo a Nacional Informa la periodista Carolina Pórfido. La represión marcó un punto de inflexión en las protestas tras la tensa jornada que dejó a la población atemorizada, “hay miedo, pero también hay convicción y necesidad de contar y mostrar lo que está pasando”, contó la periodista. La violencia del gobierno no sólo es a través de la represión directa de las protestas sino también en forma de amenazas personales, “llaman amenazando a las maestras de la Quebrada, en pueblos y en menor medida también en la ciudad”.
Cabe recordar que el foco mediático está en la provincia norteña tras las numerosas marchas llevadas adelante por el gremio docente en demanda de la reapertura de la paritaria. “La protesta fue clave para romper el cerco mediático, pero el miedo está desde antes. Ahora los docentes salieron a las calles por el cambio de autoridades gremiales”. Si bien parte de los docentes cerraron acuerdo, las negociaciones continúan en el nivel primario.
Rechazo a la Constitución
La movilización social que despertó en Jujuy se sostiene con la solidaridad entre comunidades. “Son muchas las necesidades que hay. Incluso la de comer, se arman ollas populares para acompañar y proteger a las comunidades originarias”, dijo Pórfido. “El problema de tierras es muy complejo acá, más que en otras provincias, por falta de papeles de propiedad de los terrenos”. Esto afecta directamente a las comunidades originarias, asentadas en las adyacencias de las reservas de Litio, ya que la nueva Constitución hace explícita mención a la creación de mecanismos para desalojar a poseedores de las tierras a favor de los titulares.

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