El abogado Carlos Nayi se refirió al nuevo juicio por el asesinato de Héctor Corradini, donde representa legalmente a la madre y dos hijas de la víctima.

Casi dos décadas después,  la justicia realiza un nuevo juicio por el caso del panadero asesinado el 17 de noviembre de 1998 con su viuda Mercedes Segalá, otra vez sentada en el banquillo de los acusados. Vale recordar que Segalá ya fue juzgada anteriormente por el mismo hecho y absuelta por el beneficio de la duda, pero el Tribunal Superior de Justicia decidió anular ese juicio en 2014 y ordenó un nuevo proceso.  Luego de calificar el hecho como el "ícono del crimen mafioso en la Ciudad de Córdoba", Nayi sostuvo que la viuda contrató a un sicario y le pagó alrededor de cien mil dólares para asesinar a su marido. "Los móviles? La avaricia, la codicia, los pecados capitales más tremendos que fueron los motores que llevaron a esta mujer para terminar con la vida de la persona con la cual se había casado catorce años antes", afirmó. Respecto a las razones de un nuevo juicio, el letrado consideró que "el Tribunal Superior de Justicia ha hecho una valoración correcta de la prueba ya colectada, la que no fue merituada de manera seria por la Cámara Novena del Crimen y por eso anuló esa absolución y decidió el reenvío a una nueva cámara". "No hace falta buscar otros elementos de prueba porque las evidencias son claras y contundentes, la ubican a la viuda con una necesidad primaria, desde la codicia cobró sumas millonarias por dos seguros de vida que había contratado un mes antes de la ejecución de Corradini y el objetivo era posicionarse social y económicamente y terminar con un matrimonio en crisis", aseguró. También afirmó que con este caso "se inauguró un instituto lamentablemente dentro de lo que es las modalidades delictivas, perverso: el sicariato. Una persona que pauta una suma de dinero, no para construir un edificio ni para reparar un auto, para terminar con una vida". Finalmente, también resaltó que las incidencias interpuestas por la defensa legal de la viuda en la primera audiencia realizada no prosperaron, por lo cual el proceso judicial prosigue sin inconvenientes.