La depresión está en aumento a nivel mundial. En apenas 20 años será la mayor causa de enfermedades, por encima de patologías cardíacas, cerebrovasculares, cáncer o accidentes de tránsito. Sin embargo, cambiar algunos aspectos de la vida social, individual y colectiva, pueden frenar esa tendencia que no reconoce clases sociales ni edades.

Actualmente, entre 300 y 400 millones de personas tienen algún trastorno depresivo, aproximadamente un 5% de la población mundial. "Hay un riesgo alto de sufrir una depresión en algún momento de la vida", sostiene el psiquiatra Santiago Levin

En el día en que se conmemora a nivel mundial la Lucha Contra la Depresión, Levin definió la mirada actual de esta enfermedad, su origen, sus consecuencias y las formas de tratarla.

Sugiere que "tenemos que empezar a hablar en el ideal de un mundo en el que no nos toleremos sino que amemos nuestras diferencias, donde podamos ser cada quien lo que es, lo que quiere, lo que elige, sin sufrir discriminación, donde no exista gente que quede fuera del sistema y otros que estén dentro del sistema".

En ese sentido, señaló que "la depresión tiene un componente biológico pero también tiene que ver con las condiciones de vida, del mundo que nos recibe, de tener un lugar donde podamos desarrollarnos como individuo en contacto con los demás. Cuando se intenta y no se puede, esa desesperanza puede conducir también a un síndrome depresivo".

"Muchas situaciones de estrés pueden desembocar en estados depresivos. Y muchas depresiones pueden llevar a patologías graves, inclusive el suicidio", alertó el especialista, doctor en Medicina (UBA), docente universitario por más de 20 años y comunicador de temas relacionados con salud mental.

Sostuvo que la depresión se manifiesta tanto en síntomas emocionales como también en cuestiones biológicas y recomendó dar aviso a cualquier profesional de la salud como primera línea de atención, a la espera de consultar a los especialistas en salud mental.

Levin pidió no cuestionar a las personas con algún síntoma de depresión, no obligarlas a hacer algo cuando carecen de voluntad y evitar frases comunes como “tenés de todo, cómo te vas a deprimir". De la comprensión y el acompañamiento depende la salida de la crisis, señaló.

"¿Qué nos está pasando en la civilización como para que la depresión aumente?" se pregunta Levin y responde: una respuesta provisoria es que hemos fracasado rotundamente como conjunto humano en el diseño de un mundo amable, inclusivo, en el que todos y todas tengamos un lugar para sobrevivir, alimentarnos y fabricar sueños".