Así lo expresó el analista político Juan Manuel Gispert durante el programa Muchas Gracias, quien aseguró que esto demuestra que hubo errores en el diagnóstico de la situación.

Por otra parte, Juan Manuel Gispert reflexionó sobre la importancia de considerar la estrecha vinculación entre la política y la economía. En este sentido, el analista aseguró que “cuando el comportamiento es tan generalizado, el hecho excede las tácticas de campaña. A pesar de que hay una mejora en la tendencia de la economía, no ha llegado a ser percibido por la gran mayoría de la población que empeoró su condición de pobreza. Esto se da especialmente en las personas cuentapropistas”.

Gispert analizó también la forma en que las grandes cadenas de producción de alimentos se quedan con la mayor ganancia “y el Estado termina siendo el socio bobo”.

A la hora de analizar la economía de nuestra provincia, Gispert aseguró que “desde hace varios años no hay un solo indicador positivo que demuestre que la gestión ha sido positiva. Además, durante la pandemia no se tomaron medidas que mejoren la calidad del empleo. El único programa fue el Mendoza Activa que sólo fue destinado a quienes ya tenían dinero disponible para invertir”.

A pesar de lo antedicho, y "en contraposición con lo que planteó el gobierno nacional en relación al cuidado de la salud, el gobierno mendocino centró su campaña en el cuidado de la economía. Hay una crisis de representatividad donde la población establece un vínculo con la dirigencia cada vez más lejano".

En ese sentido, Gispert aseguró que así es difícil gobernar porque hay fenómenos que escapan al gobierno y pueden modificar el voto, a pesar de una buena gestión. "El oficialismo se centró en recordar la mala gestión de Macri, pero la gente ya lo echó, por eso se buscó la alternativa. Entonces no tuvo ningún efecto esa estrategia".