OPINIÓN JUEGOS OLÍMPICOS

El histérico exitismo argentino

Por Daniel Carujo

El argentino es exitista de por si. Pero en algunas ocasiones es irritable, absurdo. Y está pasando en estos días con la actuación de los deportistas argentinos en Tokio. Y pasa seguido…o hasta hace tres semanas Lionel Messi era un “fracasado” que no ganaba nada en el seleccionado argentino.
Y muchas veces nuestra profesión tiene parte la culpa. Hay contextos que no se saben apreciar a la hora de analizar la actuación de un deportista. Esos contextos son la política deportiva cambiante (cada funcionario cambia y borra lo que hizo el anterior, bueno o malo), la situación económica argentina con becas en pesos, pero competiciones internacionales en dólares y la imposibilidad, para varios, de progresar en nuestro país.
Y sabemos como es el “verde” en la Argentina. La semana pasada 182. Hace un mes 170. La semana que viene vaya a saber cuantos pesos por un Washington…
La tiradora Fernanda Russo, el judoca Emmanuel Lucenti y la nadadora Delfina Pigniatell fueron dura y cruelmente criticados por las redes sociales.
Y me voy a parar en el caso de Delfina. Tiene 21 años. Es una nadadora de excepción. Empieza su camino. Puede hacer cosas importantes, pero le fue mal en los 1.500 metros y le cayeron palos. De hecho, en Twitter, dejó de publicar desde ese día.
La chica de San Isidro es un proyecto a largo plazo. Al menos a tres Juegos Olímpicos (este, su primera experiencia), Paris 2024 y Los Angeles 2028. A esta última cita olímpica Delfina llegará con una madurez y una experiencia suficiente para demostrar mucho de lo que promete. Pero… como los argentinos, todos “expertos en natación”, vamos a esperar siete años !
Habitualmente pongo dos ejemplos del irritable exitismo argentino. Se lo tildó de “cagón” a Carlos Reutemann por no tirarle el auto encima a Piquet en la carrera de Las Vegas en 1981 y por ser segundo. Y de “pecho frío” a Gabriela Sabatini porque fue 3 del ranking mundial. Obviamente hoy el automovilismo internacional y el tenis femenino ni cerca están de tener un “Lole” o una “Gaby”.
La pandemia le pegó a todos en todos los deportes. A algunos más y a otros menos. Pasó en el fútbol domestico inclusive. Y a los deportistas olímpicos con menos recursos, mucho más. Y esto no es justificar a nadie. Es ser claros y objetivos, como compararnos con comités olímpicos más poderosos que nosotros? Es impensado desde la organización y el poderío económico.
Entonces todos tenemos que “bajar un cambio” (o dos). No hay que pedirle peras al olmo. Hay que ser realistas. Hay deportes profesionales que se pueden bancarse mejor que otros. Y esos otros son los más criticados cuyos atletas no sólo tienen que tener becas, sino también varios de ellos ir a trabajar.
Los relatos deportivos (especialmente los televisivos cuando juega la selección de fútbol) son extremadamente “nacionalistas sin sentido”. Presten atención. Escuchen las frases que se dicen. Hablan de vida o muerte. Siempre es una locura esa frase en un relato deportivo y en contexto que estamos viviendo aún más.
Una cosa es la emoción o tratar de hacer vibrar al que está del otro lado de la TV y otra cosa el “patriotismo barato” como si un éxito deportivo pudiera cambiar algo de nuestra realidad.
Qué mezclé varias cosas? … Puede ser, pero como dijo el respetado Pancho Ibañez, todo tiene que ver con todo. La locura de las redes, el enojo excesivo, las fallas en la política deportiva, la exageración inutil. Todo está dentro de una misma bolsa donde, todos, tenemos una porción (después se vera cuan grande o cuan chica) de responsabilidad.