Ángela Urondo Raboy, hija de Paco Urondo, escritor asesinado por la dictadura argentina, habló con Rebeldes sin cauce sobre su libro "¿Quién te creés que sos?", que presentará este viernes en la Facultad de Ciencias Humanas de la UNLPam convocada por la cátedra libre Che Guevara.

"El libro ya tiene 10 años y lo escribí en un contexto histórico donde transitamos los primeros juicios de lesa humanidad en Mendoza donde ocurrieron los crímenes. Retrata ese momento de acceder a la Justicia luego de muchos años de impunidad y simultáneamente de estar restituyendo mi identidad”, describió.

"Por supuesto que uno empieza a transitar la restitución de identidad desde la verdad y a construir con lo hereditario, con quien uno es pero también tengo la sensación que hay cosas de la identidad que son intrínsecas, nucleares del ser humano; y mi identidad estuvo ahí siempre. No sabía la verdad histórica que sostenía esa identidad, pero lo veo como algo muy presente. Yo no siento que haya cambiado mi forma de ser, mi personalidad desde que supe mi verdad histórica. Siento que las cosas se acomodaron y tuvo más sentido”, describió.

-¿Qué le dirías a tu viejo a tus 46 años si pudieras tener una charla?

-Yo en el terreno de lo contrafáctico, en general, no me meto. Soy muy realista. Convivo con un padre asesinado hace décadas. En ese sentido tengo una relación y un vínculo con él que tiene que ver con su ausencia más que con una evocación de cómo sería tenerlo. Yo pienso cómo sería tenerlo cuando veo a mis amigas cuidando a sus padres que tienen esa edad y pienso qué persona sería. La verdad es que si tuviese a mis padres vivos lo que les diría que vayan a pasear con sus nietos, que comamos algo rico. Podría dialogar con ellos, pero es un terreno en el que me cuesta entrar.

Un 17 de junio de 1976 en Mendoza, a poco de nacer, Ángela viajaba junto a sus padres, el poeta Francisco "Paco" Urondo y la periodista Alicia Raboy, en un auto que fue interceptado violentamente por fuerzas policiales y militares. Su papá murió a causa de los golpes, su mamá fue trasladada al centro clandestino D2 y todavía sigue desaparecida.

Ángela fue secuestrada junto a su madre pero nunca lo supo. A los 18 años descubrió su verdadera identidad e inauguró el camino de las preguntas eternas.

El libro bosqueja el recorrido de reconstrucción de su identidad, que arranca con palabras de otros (documentos, noticias, informes, citas) y termina con las suyas ("crípticas, íntimas"), una lectura atravesada por el humor, el dolor y la alegría de quien a lo largo de veinte años encastra, de a poco y sin ansiedades, las piezas del rompecabezas de su historia.