Un domingo de hace 36 años se produjo uno de los bautismos más esperados de la historia del fútbol argentino, el de Diego Armando Maradona con la camiseta de Boca Juniors en la Bombonera, ante Talleres de Córdoba, por la primera fecha del Torneo Metropolitano.
Hacia finales de 1980 ya se descontaba que Maradona no seguiría en Argentinos Juniors, por cuanto había tenido una temporada fabulosa, veía con buenos ojos cambiar de aires y los dos más grandes del fútbol argentino habían esbozado gestiones por su pase.
River dio el puntapié inicial y aun cuando disponía de un plantel de estrellas ofreció a Maradona un contrato tan alto como su jugador mejor pagado, Ubaldo Matildo Fillol.
Pero River quedó en el camino, Boca avanzó y tras arduas negociaciones la transferencia se concretó, Maradona firmó contrato el viernes 20 y de inmediato se puso a las órdenes del entrenador Silvio Marzolini.
En realidad, el “Pelusa” de Villa Fiorito sufría una molestia muscular derivada de uno de sus últimos entrenamientos en Argentinos, pero quiso jugar aunque fuera infiltrado y así saltó al campo de la Bombonera el domingo 22 de febrero de 1981.
Y aquella tarde Maradona ni brilló ni desentonó, convirtió dos de los cuatro goles de Boca (los otros dos fueron de Miguel Angel Brindisi y el único de Talleres José Omar “Pepona” Reinaldi), pero su sola presencia en la cancha desató una fiesta en el estadio y un generalizado estado de expectación en la comunidad futbolera propiamente dicha.
Ese 4-1 a expensas de Talleres fue la primera de las 20 victorias consumadas por Boca de un total de 34 partidos que se completaron con 10 empates y 4 derrotas y fueron suficientes para ganar el título en un electrizante mano a mano con el Ferro Carril Oeste que dirigía Carlos Timoteo Griguol.
Maradona jugó en Boca, en esa primera etapa que fue entre enero de 1981 y julio de 1982, un total de 40 partidos oficiales, convirtió 18 goles y después de la Copa del Mundo de España 82 se incorporó al Barcelona.