Martín Becerra, investigador del CONICET y fuente de consulta sobre temas de periodismo y comunicación, analizó con Cintia Mignone la posibilidad de imponer impuestos a las plataformas de Internet, las fake news y las audiencias, entre otros temas.

Con respecto a los impuestos a plataformas como Google para que aporten al trabajo de las y los periodistas, tal como se está discutiendo actualmente en Europa, Becerra admitió "esto no va a demorar en llegar a América latina aunque todavía las urgencias de la pandemia y la economía lo está impidiendo. Creo que aunque las plataformas sean empresas privadas no las exime de que los Estados definan criterios que sean más inclusivos y que estén asociados a mayor democracia. Por ejemplo, eso sucedería cobrando impuestos y destinarlos a la producción local de noticias, a trabajo en blanco, a informes de género y de ambiente, etc."

Becerra también habló sobre la otra pandemia, la de las fake news y la desinformación. Al respecto aclaró "Es necesario distinguir a las fake news (noticias falsas) de la desinformación.  Una noticia falsa puede llegar a un medio o publicarse por error, aunque esto también es relativo. Pero otra cosa es la desinformación deliberada. Por ejemplo titular en contra de las vacunas o incentivar a tomar dióxido de cloro compromete la salud de la población, eso no es un error, es algo deliberado que daña la salud pública. Quien desinforma lo hace sabiendo que es falso."

Cuando se lo consultó sobre qué puede hacer el Estado ante estas campañas para prevenir la desinformación aseguró "en estos casos se llega luego de que ocurra porque nuestras leyes y estándares de libertad de expresión es un derecho que está sujeto a responsabilidades ulteriores. No está permitida la censura previa excepto en casos muy puntuales como por ejemplo la difusión de contenidos íntimos de personas menores de edad. Pero sí se puede actuar una vez publicada la noticia desde el Ente Nacional de Comunicaciones -ENCACOM-,  o desde la Defensoría del Público o desde el mismo Poder Judicial."

¿Y qué pasa con las audiencias, con su responsabilidad como tal?

"En la sociedad argentina hay público también para esos medios que han radicalizado su línea editorial llegando a incluir piezas de desinformación a diario, y esto implica una ruptura de la confianza por parte de lectores y el medio masivo. Además hay un sector de la comunidad que demanda ese tipo de alineamiento editorial, las personas no tenemos tiempo de chequear todo, entonces si el el medio te da lo que más o menos coincide con tus juicios/prejuicios vos le crees", finalizó.