Existen evidencias científicas de que dormirse después del almuerzo tiene muchos beneficios para la salud de cada persona y para su lugar de trabajo. Mejora el rendimiento laboral, impulsa el buen humor y previene enfermedades, como la obesidad, la diabetes y la hipertensión.
El 11 de marzo es el día internacional de la siesta. Que, supuestamente, debe durar entre 10 minutos y media hora y sirve para aliviar tensiones, darle un descanso al cerebro y despejar la mente. Tiene un efecto reparador tanto físico como mental.
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