El 11 de noviembre se cumplió un aniversario de la segunda reelección de Juan Domingo Perón en 1951, y fue una de las gestiones más significativas, porque la década del 50 fue muy especial para el mundo y para la Argentina.
Así comenzó a contarnos la historia en su columna, nuestra historiadora Paola Figueroa, quien contextualizó en La Mañana de Libertador el momento político de la Argentina.
Dentro de un ámbito donde ya se permitía la reelección, quedaba saber quién iba a acompañarlo en la candidatura. Paola contó que no era bien visto que una mujer fuera quien lo acompañara, por lo que diversos sectores ponen en cuestionamiento que fuera Eva Duarte la que acompañara en la fórmula, además de tener presente su enfermedad.
Lo especial de esta gestión viene también por el fallecimiento en 1952 de Eva Duarte de Perón, quedando de esta manera sin una pata política importante, referido a lo social, expresó nuestra historiadora.
Desde lo externo, el contexto fue la Guerra Fría donde el mundo exigía que se tomara una posición en este enfrentamiento. Aquí surge la “tercera posición”, con el fin de correrse de la lógica bipolar, lo cual tuvo un costo importante decirle que no a los gigantes del mundo. Las consecuencias se vieron en lo económico, explicó.
En 1955 fue derrocado por un gobierno militar el cual tuvo connivencias desde adentro y desde afuera. Lo particular que se dio es que posterior al golpe se “prohibió ser peronista” en una clara posición de odio frente a lo que había acontecido.
Y la historia sigue el próximo viernes.