Este 4 de diciembre, se cumplen 18 años de la primera marcha contra la megaminería en Esquel. El movimiento No a la Mina que comenzó en la ciudad, se convirtió en un ejemplo de la lucha del pueblo para proteger el agua y el ambiente y se convirtió en referencia mundial.
En principio se opusieron al proyecto de extracción de oro con cianuro en las cercanías de la ciudad y luego de comenzar a recabar información científica, la lucha se hizo extensible a la oposición de cualquier emprendimiento megaminero que implique fracturar roca por el drenaje ácido que causa.
Marta Sahores es profesora de química y recuerda los primeros pasos de la lucha que a fuerza de conocimiento científico y el vínculo con otras comunidades víctimas de proyectos mineros, empezó a generar conciencia en la población que tomó la causa y la llevó por el mundo.